sábado, 13 de octubre de 2007

La Guerra Civíl Española


Después de la Primera guerra mundial, Europa quedó en una difícil situación social, económica y política. Las antiguas estructuras ya no eran la solución más adecuada para los problemas que se vivían en todos los sectores de la sociedad. En España se dio el fenómeno de apertura, que incluyó el surgimiento de un sistema liberal que trató de equilibrar las relaciones entre las clases dominantes y dominadas. La II República española se proclamó en 1931; en 1936 los grupos de izquierda, agrupados en el Frente Popular, ganaron las elecciones celebradas en el mes de febrero, lo que desencadenó el golpe militar que habría de dar un giro a los acontecimientos republicanos.


---- La Guerra civil española inició en julio de 1936, cuando el Ejército, apoyado por diversos sectores de la sociedad como empresarios, terratenientes e Iglesia, se sublevó contra el gobierno de la II República española por no estar de acuerdo con las reformas republicanas. El "Alzamiento" se dio el 17 de julio a cargo de Francisco Franco, quien desde Islas Canarias comenzó sus desplazamientos hasta alcanzar el continente y disputarse, en prolongados conflictos, el poder de la capital española: Madrid.


----La singularidad de la Guerra civil española fue que grupos civiles, tratando de defender un ideal de nación manifestado en la II República, se organizaron en un ejército que llevaba entre sus combatientes a grupos de distintas edades, ocupaciones e incluso diferentes ideologías. Este último punto se considera uno de los más difíciles de discutir pues, aunque los republicanos funcionaron en un principio al mando de Largo Caballero y después de Juan Negrín, cada grupo ideológico tenía ideas distintas sobre cómo habrían de darse las estrategias de guerra. El gobierno de la república, presidente y gabinete, no pudieron intervenir directamente en el conflicto, sino mediante jefaturas dirigidas por los líderes ya mencionados.


----La Guerra civil tuvo, como todo conflicto, dos partes encontradas que en forma independiente luchaban por mantener el modelo de sociedad que mejor les parecía. Algunos investigadores afirman que la lucha interna de España representó la lucha que internacionalmente acontecía entre los distintos sistemas de gobierno: socialista, capitalista y fascista. La repercusión del conflicto también traspasó las fronteras de España, por lo que se hizo un asunto de carácter internacional. Ante esto la mayoría de los países adoptaron una política de no-intervención. Hitler desde Alemania, y Moussolini, desde Italia, otorgaron apoyo a los franquistas para a continuar la lucha. Los republicanos recibieron durante un tiempo apoyo de la entonces Unión Soviética (hoy Rusia), y de un gran número de ciudadanos de distintas partes del mundo que, al agruparse en las Brigadas Internacionales, lucharon por los ideales republicanos y se opusieron al fascismo que poco a poco parecía adquirir más poder.

Los que vivimos aquellos años no olvidaremos jamás como tiembla la tierra cuando explotan las bombas, la siniestra visión de los aviones enemigos (las pavas), los ataques que a veces les hacían los aviones de Reus (los ratas), el hambre que sufrimos muchos, especialmente los ancianos y todo aquel que no tenía otro medio de avituallamiento que el magro racionamiento de la "cartilla" (aceite, arroz, azúcar, carne, pan, bacalao, patatas, leche, rezaba la cartulina azul). Los gatos desaparecieron, sea por falta de comida o comidos (dicen que sabían a conejo) y no se veía ni un perro. Los caballos también eran "oscuros objetos de deseo". Con los restos de comida la gente criaba algún pato o gallina en los lugares más inverosímiles de las casas y las habas tiernas las freíamos con piel incluida. Después vino la ayuda de los Friends (los amigos cuáqueros), con el descubrimiento de la leche en polvo y la carne en lata (corned beef). Todavía compro a veces corned beef para acordarme del sabor. Me acuerdo del pan de harina de arroz que intentaron elaborar y el aceite de avellana. Y el hambre. El hambre omnipresente. Nosotros, mi familia y especialmente mi hermano y yo, no la sufrimos ya que mis padres iban a pie a Vilallonga, a casa de unos parientes y volvían, a pie, con judías, buen aceite y otras cosas y, además, un pariente era panadero y siempre caía algo, pero la cosa iba muy justa. Una de las imágenes más impactantes que recuerdo fue cuando mi padre y yo fuimos a buscar algo al piso semiderruido de la calle Cervantes y al pasar por delante de la Cooperativa Obrera vimos una manifestación de niños pequeños de seis o siete años como yo golpeando las puertas con sus pequeños puños y pidiendo a gritos "Queremos pan, queremos pan..." Yo tengo pan, pensé, ¿por qué ellos no?

Íbamos a ver a las Brigadas Internacionales y a la División del Campesino (solamente conozco a un antiguo brigadista y yo mismo que podamos hoy en día cantar el himno de la División del Campesino) desfilando por la Rambla y el 15 de Enero del 39 vimos pasar las tanquetas italianas por la Rambla Vella en dirección a Barcelona. Y después todo el resto...

¿Conclusión? Que todo aquello fue un disparate indigno por ambos lados. Que en una guerra civil no hay inocentes. Que todos hicieron muchos desastres. De madrugada, las exclamaciones de mis padres nos despertaban a tiempo de oír los disparos de los fusilamientos en la Oliva, primero de curas y "gente de orden" y después de milicianos que no pudieron huir a tiempo. Da asco de pensarlo.

Testimonio de Vicens Basora Francesch (Tarragona).

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