miércoles, 24 de octubre de 2007

El pueblo Saharaui


En Noviembre de 1975, hace treinta años, se firmaban en Madrid el Acuerdo Tripartito entre España, Marruecos y Mauritania. Unas cuantas plumas, unos cuantos personajes sellaron en un instante el destino de todo un pueblo: el saharaui. Lo condenaron al exilio, a la muerte, a la desolación. Para España significó una de las páginas más vergonzosas y humillantes de nuestra historia contemporánea.



El gobierno de Arias Navarro repartió la ex colonia española entre Marruecos y Mauritania. Incumplió en nombre de España, las promesas mil veces contraídas ante el Pueblo Saharaui y ante la Comunidad Internacional como potencia administradora.



Apenas seis meses antes del pacto, en mayo 1975, una comisión investigadora de la ONU. llego al Sahara Occidental. El Gobierno español y las autoridades del territorio facilitaron la misión. En su informe, los expertos internacionales le recordaron a la potencia colonial sus obligaciones para con el pueblo saharaui, quien, según el informe “aspiraba a la independencia”, estaba dispuesto a seguir luchando por ella y que sobre todo “no aceptaba ser anexionado por ninguno de sus vecinos”. En definitiva reclamaba su derecho a la autodeterminación, ya reconocido por la ONU y poco tiempo después ratificado por el dictamen del Tribunal Internacional de Justicia de la Haya. Tras un análisis exhaustivo de los elementos políticos e históricos del dossier, la Corte recomendó la aplicación inmediata del principio de autodeterminación por medio de la expresión libre y auténtica de la voluntad del pueblo saharaui. Naciones Unidas y la potencia administradora estaban emplazadas a organizar un referéndum. Sin embargo, España y Marruecos se burlaron del dictamen y la ONU, por las indecentes razones que siempre le asisten cuando el perjudicado es débil, no hizo lo que debía.



Los saharauis, nuestros hermanos españoles de la provincia del Sahara, quienes confiaron en la palabra de honor de nuestros gobernantes, de facto o reales, los entregamos maniatados, los arrojamos al patio de los leones, a la merced de las tropas, tanques y aviones de guerra marroquíes. Ese fue el broche de oro con el que cerramos nuestra obra civilizadora en África, el triste epilogo de los cien años de convivencia con los saharauis.



Los que vivimos aquellos días en El Aaiun, Smara o Villa Cisneros, presenciamos indignados y avergonzados, cómo se plasmaba la letra del contrato: el ejercito marroquí y mauritano invadían el territorio, miles de soldados ocupaban nuestros cuarteles aun sin dar tiempo a desalojarlos y tomaban posiciones, se encerraba con alambre de espino los barrios saharauis y se les impedía la huída ante esa cobarde invasión. Mientras la “marcha verde” se asomaba en medio de una gran polvareda propagandística para

encubrir la invasión militar. Era la pieza teatral a la que nuestros gobernantes se prestaron también para disfrazar lo que sin duda fue y sigue siendo una de las mayores traiciones y vilezas políticas en la historia de la humanidad.



España, torpemente, sembró para largo tiempo la inestabilidad y la tensión en un área próxima de la que depende su propia seguridad. Hizo estallar una guerra devastadora, condeno al exilio, al dolor y al sufrimiento a decenas de miles de personas, dividió y enluto a las familias. Hoy 30 años después tiene el descaro de proclamar que su posición en el problema es neutral.



A tres décadas de aquel hecho triste, el momento es idóneo para la reflexión. La guerra, contrariamente al cálculo inicial de los artesanos del pacto, ha durado más de una semana. Marruecos, pese a su empeño y las generosas alianzas con las que ha contado, no logro una victoria militar aplastante. Los saharauis no han capitulado, lejos de eso, acaban de iniciar un nuevo método de resistencia en las zonas ocupadas. Es la generación que ha nacido a la sombra de los acuerdos de Madrid, disfrutando de las bondades de la nueva madre patria, la que ha pasado a la acción y una acción hoy por hoy impredecible. La tregua decretada por la ONU puede saltar en cualquier momento, incluso de manera accidental, no provocada...En definitiva, a la vista están los ingredientes para una nueva conflagración en la zona. Una zona ya de por si altamente explosiva en razón a los integrismos latentes, la ausencia de democracia y el cúmulo de problemas económicos y sociales, particularmente en la casa de “nuestro amigo” el hijo del rey.





El Sahara Occidental es la asignatura pendiente de la democracia española. De mil maneras, la sociedad española lo ha proclamado bien alto: ¡ya basta! A Marruecos se le ha otorgado una licencia por 30 años para aplastar y masacrar al pequeño pueblo saharaui. España y otros países le han proporcionado, desde la complicidad, incalculables ayudas, económicas, militares, financieras. Todo bajo el pretexto de ayudar a la estabilidad de la monarquía marroquí, pero en el fondo nunca ignoraron que son recursos para la guerra contra los saharauis. Mientras, a Irak, Cuba, Libia les aplicaban sanciones severas y guerras devastadoras en nombre de la legalidad y de las libertades.



La inmensa mayoría de los españoles creemos que ha llegado la hora de enmendar esta terrible injusticia. El Estado Español, por su implicación en los orígenes de esta tragedia, debe asumir, de una vez por todas, su responsabilidad histórica, política y moral, desde la honestidad, lejos del doble lenguaje, hipócrita e inmoral. Corresponde elaborar y consensuar una nueva política coherente y firme que persuada a Marruecos a avanzar en el camino de la legalidad internacional y no, como hasta ahora, para conspirar contra ella, disculpándolo o haciendo la vista gorda ante sus continuas burlas a la legalidad internacional y sus fechorías en las zonas ocupadas.



Una nueva política, un nuevo enfoque son posibles incluso sin descuidar la sacrosanta estabilidad interna de Marruecos. Se trata de sacar las debidas conclusiones de una aventura colonial de treinta años en la que Marruecos ha despilfarrado tantos y tantos recursos para alimentar guerras y tensiones con sus vecinos en una política de permanente huida hacia delante. Hoy, la paz interna en el país vecino esta mucho mas frágil y cien veces mas amenazada que en el año 1975. El viejo recurso de crear focos de tensión en el exterior para solventar problemas internos se ha vuelto obsoleto e inútil. La profunda crisis económica y social que nos proyectan a diario las pateras con sus dantescas escenas de muerte y desesperanza, el creciente fenómeno del integrismo cuyo zarpazo del 11 M nos recordó cuán vulnerables somos y cuán cerca esta de nosotros, la parálisis de las instituciones políticas, y la intifada saharaui en las zonas ocupadas no auguran para Marruecos un futuro en calma, sin sobresaltos. Revisar los viejos esquemas de nuestra política marroquí y norteafricana es una necesidad imperiosa incluso para proteger al vecino del sur y evitar que caiga en un ciclo de turbulencias sin precedente...



El conflicto del Sahara influye, efectivamente, en la estabilidad de Marruecos. Por eso nadie duda de que su solución conforme a la legalidad internacional abrirá una nueva era de tranquilidad en el noroeste africano. En tales circunstancias, Marruecos podrá, con la ayuda más eficaz y efectiva de sus vecinos, incluidos los saharauis, concentrarse en sus problemas verdaderos y armar recetas para su endémica crisis social y económica.



Hoy cuando se cumplen tres décadas de aquel fatídico hecho, es la ocasión para recordar otra vez a nuestros gobernantes sus deberes en el asunto del Sahara. Un problema frente al cual los españoles, todos, con independencia de ideologías y credos queremos un mayor compromiso político, serio y honesto en favor de los derechos del pueblo saharaui, de la solución justa y democrática. No podemos admitir que los saharauis sigan siendo la moneda de cambio para llevarnos bien con el vecino del sur.



Si bien, la solidaridad con cualquier pueblo objeto de injusticia, privado de sus derechos legítimos es un deber para todo defensor de la justicia y la libertad, en el Estado español existen, todavía muchas más razones para el apoyo y el compromiso moral con los saharauis: son nuestros vecinos, convivimos con ellos, compartimos la misma cultura y al final los traicionamos, los vendimos y abandonamos. El daño que les hicimos es inimaginable. Cuántos han muerto, cuántos han sido asesinados bajo tortura o bajo las bombas… cuánto han sufrido y siguen sufriendo? Miles y miles de españoles, mujeres y hombres estamos convencidos de que otro mundo es también posible para los saharauis. Por eso es que nuestra deuda moral con ellos, ciertamente impagable, la asumimos como aliciente para seguir luchando, en cualquier lugar y a cualquier hora a fin de devolverles a su patria libres y a la nuestra la dignidad que nunca debió perder.

martes, 16 de octubre de 2007

Golpe de estado (CHILE)


La victoria de Salvador Allende, obtenida el 4 de septiembre de 1970 con un 36,3%, se alcanzó proponiendo transformar a Chile en un régimen socialista,siguiendo un curso distinto al común de los otros regímenes que alcanzaron el socialismo , y al cual se ha dado a llamar «vía chilena al socialismo, con olor a empanadas y vino tinto». Esta nueva vía al socialismo, por medios pacíficos y democráticos, tuvo inicialmente el visto bueno de gran parte de la Democracia Cristiana, que también tuvo parte en procesos de cambio históricos como la reforma agraria. El apoyo inicial que se reflejó en un 49% de los votos en la elección municipal de 1971, se fue perdiendo por el deterioro de la situación económica.

La violencia, desatada primeramente por grupos extremistas de ambos lados del espectro político, como el MIR de izquierda o Patria y Libertad de derecha, provocó un clima de confrontación, que se fue expandiendo a todos los ámbitos de la sociedad, llegando incluso a los sectores de élite de la sociedad, que siempre se habían encontrado al margen de las convulsiones sociales, económicas y políticas del país. Sin embargo, esta cuestión terminó afectando principalmente (producto del desabastecimiento), a los sectores medios y modestos. A raíz de esto, dos grandes bloques se forman, la Unidad Popular (UP), y la Confederación de la Democracia (CODE), que obtuvieron respectivamente el 43.3% y 55% de los votos.

Los grupos de derecha estructurados en el Partido Nacional, o en los movimientos Patria y Libertad y Poder Femenino, intentaron por diferentes medios terminar con el gobierno, algunos de ellos apoyados o financiados por la CIA, que también conspiraba para terminar con el gobierno de la UP, debido a que lo consideraban una amenaza para los intereses estadunidenses en la región. Los métodos democráticos para sacar a Allende fracasaron. Una posible salida plebiscitaria no llegó a tiempo, y aún con ella tampoco se puede decir que hubiese resuelto el conflicto de manera tajante, pues la violencia social, política y hasta económica llegaba a tales extremos que auguraba necesariamente una guerra civil abierta.

Este estado de confrontación precipitó los acontecimientos que culminarían con el quiebre de la democracia y el golpe de estado.


Independiente de la opinión, ya a mediados de 1973 los oficiales de las FFAA que se hayan a favor de un golpe, se encuentran en mayoría respecto de los que no. De igual forma son favorables de un golpe en forma mayoritaria los civiles que cuentan con algún grado de influencia política o bien que poseen recursos económicos estimables, y que desean una solución rápida y de fuerza, manifestándose ya desde 1971 con los cacerolazos, que incitan a los militares a la acción, arrojándoles maíz y plumas de gallina frente a sus puertas, en alusión a la supuesta condición de «gallinas» que mostraban.

El golpe, en agosto, era planeado prácticamente por la totalidad de la plana superior de la Armada de Chile, salvo por el Almirante Raúl Montero y alguno que otro oficial constitucionalista, que no representaba peso alguno dentro del estamento castrense, o bien, se encontraba aislado de las bases. La cuestión es que la Armada obedecía de facto al Vicealmirante José Toribio Merino. Algo similar sucedía en la Aviación, donde la excepción la marcaba el General César Ruiz, cabeza de la entidad. Mas, al retirarse este último del Ministerio de Obras Públicas y Transporte (que había asumido como consecuencia del «tanquetazo»), Allende lo obliga a renunciar a ambos cargos, el de Ministro y Comandante, asumiendo en su lugar ese cargo militar, el General Gustavo Leigh, opositor al gobierno. El Ejército estaba dividido, pero la balanza tendía cada vez más a favor de aquellos que propugnaban la opción del golpe, siendo la posición contraria la llevada por su comandante en jefe, Carlos Prats. En Carabineros, por último, no estaban a favor del golpe más que dos o tres generales de baja antigüedad, entre ellos el General César Mendoza, quién al 11 de septiembre ocupaba el cargo de Director de Bienestar en la institución.

Finalmente cae el General Carlos Prats. El día 21 de agosto, una manifestación de esposas de generales se produce frente a su casa, a la que llegan a protestar también varios oficiales de civil contra él. Es insultado y agredido. Al ser deshecha la manifestación por Carabineros, ésta se vuelve a organizar con más fuerza. Llegan al lugar Augusto Pinochet (considerado el segundo de Prats), Allende y sus ministros. Todos son abucheados. Deprimido y desilusionado, pide a los generales que reafirmen su lealtad para con él; como sólo unos pocos lo hicieran, resuelve renunciar a la comandancia en jefe. Recomienda pues a Allende que el cargo sea ocupado por Augusto Pinochet Ugarte, quien tenía una hoja de vida estimada como limpia, siendo caracterizado como un soldado profesional y apolítico.

El 22 de agosto es aprobado en el Congreso chileno el Acuerdo de la Cámara de Diputados sobre el grave quebrantamiento del Orden Constitucional y legal de la República; causada por la negativa del ejecutivo a promulgar la reforma constitucional de las tres áreas de la economía, a pesar de haber sido aprobadas por el Congreso, y actuando en contra de la constitución, según el contralor. El texto deja en claro que es responsabilidad de los ministros militares terminar con la situación de ilegalidad. El texto reza así:

“Primero - Representar a S.E., el Presidente de la República y a los señores Ministros del Estado miembros de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de Carabineros, el grave quebrantamiento del orden constitucional y legal de la República; Segundo- Representarles, asimismo, que les corresponde poner inmediato término a todas las situaciones de hecho referidas, que infringen la Constitución y las leyes, con el fin de encauzar la acción gubernativa por las vías del Derecho y asegurar el orden constitucional de nuestra patria y las bases esenciales de convivencia democrática entre los chilenos; Tercero- Declarar que, si así se hiciere, la presencia de dichos señores Ministros en el Gobierno importaría un valioso servicio a la República. En caso contrario, comprometerían gravemente el carácter nacional y profesional de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de Carabineros, con abierta infracción a lo dispuesto en el artículo 22 de la Constitución Política y con grave deterioro de su prestigio, y Cuarto - Trasmitir este acuerdo a S.E., el Presidente de la República y a los señores Ministros de Hacienda, Defensa Nacional, Obras Públicas y Transportes y Tierras y Colonización”.

Más leña era echada al fuego. Algunos marinos se juntan con Altamirano para advertirle de los intentos golpistas, siendo estos marinos los primeros procesados por la Armada. Altamirano lanza el discurso que le ha hecho fama, catalogado de incendiario por los sectores favorables al golpe. En este discurso reivindica su derecho a recibir informes de cualquiera que denuncie conspiraciones, "Si pudiera hablaría de nuevo con ello". Si se intenta un golpe, Chile será un segundo “Vietnam heroico”, dice. No dejando lugar a interpretaciones.

Se dice que Allende se angustió tanto al conocer ese discurso que permaneció con el rostro entre las manos por varios minutos. Por su parte, la Corte Suprema resuelve responder a la petición de desafuero de Altamirano (pedida por la Armada), el día 11 de septiembre
Las Fuerzas Armadas estaban preparadas para dar un golpe militar mucho antes de pensar en él. El ejército tenía «planes de contrainsurgencia», para el caso de que una subversión sobrepasase a las Fuerzas de Orden (Carabineros). Este plan consistía en dividir al país en diferentes secciones, estableciendo para cada una un plan de acción, dirigido en contra de la posible insurgencia. Este plan es la base prima de los golpistas, quienes sólo tuvieron que adaptarlo a las nuevas circunstancias.

El problema era el General Prats, que mantenía su lealtad al presidente y tenía a la guarnición de Santiago y al comando de institutos militares en manos de gente cercana (Generales Sepúlveda y Pickering).

Se tenía que adelantar el golpe para antes de fiestas patrias, porque si se retardaba mucho podía ocurrir otro tanquetazo, que permitiría limpiar de oficiales golpistas la plana del ejército. Pero cayó Prats, y Sepúlveda y Pickering renunciaron en un gesto de solidaridad. El nuevo comandante en jefe es Pinochet, del cual no se sabe si es o no golpista.

El día viernes 7 de septiembre los generales fijan el día D, el 11 de septiembre, y la hora H (6:30 horas en Valparaíso y 8:30 horas el resto del país).

El sábado se envía al general Arellano a hablar con Pinochet, le explica la situación y le dice que va a haber golpe va con o sin su apoyo, a lo que Pinochet responde: “¡Yo no soy marxista, mierda!” y golpea el sillón en que estaba sentado. El general Arellano interpreta su gesto como apoyo al golpe, y se lo comunica a Leigh y a Merino, mas todavía no hay nada claro con Pinochet.

El domingo en la mañana Allende se reúne con el comandante en jefe y otros generales. Allí les explica que pretende anunciar un plebiscito. Sería la última vez que se verían los dos protagonistas del golpe. Pasada la tarde, Leigh visita a Pinochet, quien (según el testimonio de Leigh), todavía vacilaba. Llegaron a la casa de Pinochet el contralmirante Sergio Huidobro y el capitán de navío Ariel González, venían para saber la posición del ejército.

Huidobro sacó un papel firmado por Merino que ratificaba el día D y la hora H, dirigiéndose a “Augusto” y “Gustavo”.

“Los saluda con esperanzas de comprensión. J.T. Merino.”
Y al reverso:

“Gustavo: es la última oportunidad. J.T.”
“Augusto: Si no pones toda la fuerza en Santiago desde el primer momento, no viviremos para ver el futuro. Pepe”
Leigh y Pinochet firmaron el documento. El Comandante en Jefe del Ejército se acababa de plegar al golpe, la suerte estaba echada
El 10 de septiembre, a las 16:00 horas, zarpa la escuadra, tal y como estaba previsto, ya que debe participar en las maniobras navales internacionales UNITAS. Mientras el Ejército se acuartela. La razón dada: el probable desafuero de Altamirano y Garretón el día 11. Este desafuero, según explicó Pinochet al Ministro de Defensa Orlando Letelier, podía causar disturbios, por lo que se hacía necesario el acuartelamiento.

En la madrugada del 11 de septiembre, la escuadra reaparece en Valparaíso y las fuerzas armadas toman la ciudad. El prefecto de Valparaíso, Luis Gutiérrez, realiza una llamada por el único teléfono que funciona en el puerto, el suyo (línea dejada libre a propósito por los golpistas), para avisar al subdirector de Carabineros, General Jorge Urrutia, que la infantería de marina está en las calles y ha empezado a tomar posiciones de combate. Urrutia telefonea al presidente, que se encuentra en su residencia de Tomás Moro. Allende, calmado, pide ubicar a Pinochet y a Leigh, pero son inubicables.

A las 7.15, Allende, en su Fiat 125, y el GAP se enfilan hacia la Moneda, llegan veinte minutos después.

Viste Allende una chaqueta de tweed y un pantalón marengo. Carga con un fusil AK-47 Kalashnikov y el GAP ingresa al palacio de gobierno dos ametralladoras y tres RPG-7, además de sus armas personales.

Paralelamente llega a esas hora Pinochet al comando de comunicaciones, un poco retrasado en la hora. Se organizan las redes de comunicaciones con las demás ramas de las Fuerzas Armadas, especialmente con Leigh, que se encuentra en la Academia de Guerra Aérea, y con Patricio Carvajal, que será el coordinador de todo el golpe.

Allende trata de obtener información sobre el movimiento, al no poder contactar a Pinochet exclama, "Pobre Pinochet, debe estar preso" . Sepúlveda, director general de Carabineros llega a la Moneda, y le asegura que Carabineros le seguirá fiel al gobierno. Lo ignora, pero Carabineros ya estaba controlado por los generales Mendoza y Yovane.

Allende emitirá a continuación su primer mensaje del día a la nación, en el que advierte la sublevación de un sector de la marinería. No llama al pueblo a las armas ni a la violencia, sino que a la prudencia.

A las 8.42, la “Cadena Democrática”, formadas por las radios Minería y Agricultura, emite la primera proclama militar. Allende debe hacer entrega inmediata de su cargo a la junta de gobierno, integrada por los jefes supremos de las fuerzas Armadas: Pinochet, Leigh, Merino y Mendoza (los dos últimos recién acaban de tomar las jefaturas supremas de sus ramas, Armada y Carabineros respectivamente).

La proclama decía:

"A partir de este momento damos paso a una red provincial y nacional de radiodifusión de las fuerzas armadas. Se invita a todas las radioemisoras libres a conectarse a esta cadena.:"

Santiago, 11 de Septiembre de 1973. Teniendo presente:
1°.- La gravísima crisis económica, social y moral que está destruyendo el país;
2°.- La incapacidad del Gobierno para adoptar las medidas que permitan detener el proceso y desarrollo del caso;
3°.- El constante incremento de los grupos armados paramilitares, organizados y entrenados por los partidos políticos de la Unidad Popular que llevarán al pueblo de Chile a una inevitable guerra civil, las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile declaran:
1°.- Que el señor Presidente de la República debe proceder a la inmediata entrega de su alto cargo a las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile.
2°.- Que las Fuerzas Armadas y el Cuerpo de Carabineros de Chile están unidos, para iniciar la histórica y responsable misión de luchar por la liberación de la Patria del yugo marxista, y la restauración del orden y de la institucionalidad.
3°- Los trabajadores de Chile pueden tener la seguridad de que las conquistas económicas y sociales que han alcanzado hasta la fecha no sufrirán modificaciones en lo fundamental.
4°.- La prensa, radiodifusoras y canales de televisión adictos a la Unidad Popular deben suspender sus actividades informativas a partir de este instante. De lo contrario recibirán castigo aéreo y terrestre.
5.- El pueblo de Santiago debe permanecer en sus casas a fin de evitar víctimas inocentes.
Firmado: Augusto Pinochet Ugarte, General de ejército, Comandante en jefe del Ejército; Toribio Merino Castro, Almirante, Comandante en jefe de la Armada; Gustavo Leigh Gúzman, General del Aire, Comandante en jefe de la Fuerza Aérea de Chile; y César Mendoza Durán, General, Director General de Carabineros de Chile
Se le da también al presidente un ultimátum: si la Moneda no es desalojada antes de las 11, será atacada “por tierra y aire”. El ambiente en la Moneda es de tristeza, lo peor que podía ocurrirles estaba pasando. Carabineros retira las tanquetas apostadas frente a La Moneda y el personal se retira. Muchos reaccionan de forma violenta la proclama, la CUT llama los trabajadores a ocupar fábricas y fundos, organizar la resistencia y esperar instrucciones, con la esperanza de poder detener el “golpe fascista”, por medio de los cordones industriales. Allende, que da otro discurso, por el contrario no hace ninguna referencia a la lucha armada ni instrucciones a los líderes de la UP. Mientras un séquito de ministros aparecen y entran a conversar con el presidente para conocer su opinión. A pesar de las ideas de sacarlo, él es tajante con su idea de defender su puesto hasta el final. Los militares se contactan con la Moneda y le hacen la proposición de sacarlo del país, pero reciben una respuesta clara, Allende no se va a rendir. Pinochet se contacta con Carvajal, que le indica la negativa del presidente a rendirse:

Carvajal: yo hablé personalmente con él, le intimé rendición en nombre de los comandantes en jefe. Eh... Contestó con una serie de garabatos, no más.
Pinochet: O sea, quiere decir que a las 11, cuando lleguen los primeros pericos... Vai a ver lo que va a pasar. ¡A las 11 en punto se bombardea!
Carvajal: Cuando se evacue la Moneda va a ser más fácil asaltarla.
Pinochet: Una vez bombardeada la asaltamos con el Buin y con la escuela de infantería. Hay que decirle a Brady.
Carvajal: Conforme. Vamos a esperar no más que evacúen los edecanes y los carabineros.
Pinochet: Conforme.
A las 9.55 los tanques del general Palacio ingresan en el perímetro de La Moneda, hacia poco que se desató el fuego. Francotiradores apostados en los edificios aledaños los tratan de repeler, y se inicia la balacera, pero La Moneda aún no era atacada. A las 10.15, a través de Radio Magallanes (la única pro-gubernamental aún no silenciada), Allende emite su último mensaje a la Nación:


Estatua de Salvador Allende frente al Palacio de la Moneda“Quizás sea ésta la última oportunidad en que me pueda dirigir a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Portales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura, sino decepción, y serán ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: Soldados de Chile, comandantes en jefe y titulares… …el almirante Merino… más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su solidaridad y lealtad al gobierno, también se ha denominado director general de Carabineros.
“Ante estos hechos sólo me cabe decirle a los trabajadores: Yo no voy a renunciar. Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que entregáramos a la conciencia digna de miles y miles de chilenos no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza.
La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
¡Trabajadores de mi Patria!: Quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, espero que aprovechen la lección.
El capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, crearon el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición: la que les señaló Schneider y que reafirmara el Comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando, con mano ajena, reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios...
...Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz no llegará a ustedes. No importa, la seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.
El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.
¡Trabajadores de mi Patria!: Tengo fe en Chile y en su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán de nuevo las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile! , ¡Viva el pueblo!, ¡Vivan los trabajadores!
Éstas son mis últimas palabras, teniendo la certeza de que mi sacrificio no será en vano. Tengo la certeza de que, por lo menos, habrá una sanción moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.”
A las 10.30 los tanques abren fuego contra la Moneda, les siguen las tanquetas y los soldados, fuego que es respondido por los miembros del GAP y francotiradores apostados en los edificios aledaños.

Carvajal se comunica nuevamente con Pinochet, informándole de la intención de parlamentar:

Carvajal: me acaban de informar que habría intención de parlamentar.
Pinochet: no, se tiene que ir a la Moneda él con una pequeña cantidad de gente.
Carvajal: ...se retiraron, pero ahí...
Pinochet: ...al ministerio, al ministerio...
Carvajal: que se está ofreciendo parlamentar.
Pinochet: Rendición incondicional, ¡nada de parlamentar!, ¡Rendición incondicional!
Carvajal: Bien, conforme, rendición incondicional, y se le toma preso, ofreciéndole nada más que respetarle la vida, digamos.
Pinochet: La vida y la integridad física, y en seguida se le va a despachar a otra parte.
Carvajal: Conforme. Ya... O sea que se mantiene el ofrecimiento de sacarlo del país.
Pinochet: Se mantiene el ofrecimiento de sacarlo del país. Pero el avión se cae, viejo, cuando vaya volando.
Carvajal: Conforme... conforme. Vamos a proponer que prospere el parlamento.
A las 11.52 los aviones Hawker Hunter inician su ataque a La Moneda, disparando en cuatro oportunidades sus cohetes sobre la casa de gobierno, el daño causado es devastador. Otros dos aviones bombardean la residencia presidencial de Tomás Moro, a la sazón defendida por los miembros del GAP que no alcanzaron a llegar con Allende.

El ataque prosigue al palacio de gobierno con el uso de gases lacrimógenos, pero al ver que La Moneda todavía se negaba a rendirse, el general Palacios decide tomarla y envía a un grupo de soldados a derribar la puerta del palacio, son las dos y media de la tarde.

Dentro le gritan a Allende: ¡Presidente!, ¡el primer piso está tomado por los militares! ¡dicen que deben bajar y rendirse!.

El presidente dispone rendirse: ¡Bajen todos! ¡dejen las armas y bajen! Yo lo haré al último.

Entonces, según el testimonio de uno de sus doctores, Patricio Gijón, que regresó para llevarse su mascarilla antigas ("de recuerdo", dice), Allende grita ¡Allende no se rinde, milicos de mierda! y con el fusil AK-47 que le había regalado Fidel Castro se dispara en la barbilla,("Más de un disparo, y menos de una ráfaga", según su testimonio), explotando la bóveda craneana y muriendo al instante.

Palacios entra en el salón Independencia, y se encuentra con Allende y el doctor Girón. Reconoce al presidente por su macizo reloj Galga Coulde. Llama al oficial de radio y entrega su escueto informe: “Misión cumplida. Moneda tomada, presidente muerto".

A las 14.38, Carvajal le informa a Pinochet y a Leigh: "Hay una comunicación, una información de personal de la Escuela de Infantería que está ya dentro de La Moneda. Por la posibilidad de interferencia, la voy a transmitir en inglés: They say that Allende commited suicide and is dead now."

Se declaró el toque de queda en todo el territorio nacional a partir de las 15 horas del 11 de septiembre de 1973, se permitió a los civiles previo control abandonar el centro de la ciudad y dirigirse a sus casas. Inmediatamente las instalaciones de Radio Agricultura y Magallanes fueron silenciadas y sus operadores detenidos. Los diarios El Clarín y otros fueron allanados y sus prensas destruidas.

En las zonas rurales se detuvieron a muchos dirigentes de la Reforma Agraria, muchos fueron ejecutados en el lugar de detención. La colonia alemana benefactora Villa Baviera, ubicada en la zona central, sirvió como centro de detención y lugar de desaparición de muchos activistas de la UP.

Cientos de miles de pro-allendistas tomaron aquellas especies, registros, carné de partidos, libros y propaganda comprometedora y se deshicieron de ella enterrándolas, quemándolas o botándolas a los cauces de ríos. Se declaró ilegal y proscrito al Partido Comunista y Socialista; los partidos Nacional, Democratacristiano y Radical fueron suspendidos cuando se disolvió el Senado. Se conminó a todos los ciudadanos a entregar sus armas de fuego en las comisarías de Carabineros.

Se instó a denunciar a aquellos traidores a la Patria, como decía el comunicado militar denunciándolos ante las comandancias y cantones. Se publicaron bandos que instaban a la población a delatar a los líderes más prominentes de la U.P .tales como Carlos Altamirano, Claudio Orrego, Volodia Teitelboim, José Tohá y otros.

Se llamó a aquellos que tuvieran cargos y representatividades de grupos sociales a entregarse a las comisarías para regularizar sus situación. Se detuvieron a miles de personas y fueron conducidas el Estadio Chile y luego al Nacional, a aquellas personas que fueron llamadas a viva voz y respondieron de entre la multitud fueron ejecutadas en el mismo lugar, como es el caso de Victor Jara.

En la Universidad Técnica del Estado, militares hicieron allanamientos y ejecutaron a decenas de estudiantes combatientes en las mismas aulas. Muchas ejecuciones fueron hechas a la bala en fila. Fueron allanadas las fábricas, las reparticiones públicas y las mineras forzando a los trabajadores a seguir laborando y manteniendo la producción en marcha. En muchas fábricas se realizaron detenciones de todos los sindicalistas y representantes de gremios de la Unidad Popular.

Comerciantes y dueños de supermercados pro-golpistas abrieron sus negocios y entregaron mucha mercadería retenida y que había provocado el desabastecimiento en los últimos meses de la UP. Las poblaciones populares tales como La Legua, La Victoria y San Ramón fueron allanadas y sus pobladores detenidos en masa. En la Villa La Reina se produjeron ejecuciones sumarias a aquellos líderes que se sorprendieron ocultos. Durante todo el día y la noche y toda la semana se escucharon disparos de ametralladoras en distintos puntos de la capital.

Miles de perseguidos políticos corrieron a asilarse a las embajadas de gobiernos amigos de la Unidad Popular, como es el caso de Suecia, Italia, Canadá, Australia, Dinamarca, URSS y Cuba.

Como un hecho curioso, Radomiro Tomic, segundo candidato con mayoría de votos en las elecciones de 1970, se ofreció en repetidas oportunidades a Pinochet para que lo instalara en el sillón presidencial vacante; fue discretamente rechazado. De este modo empezaba una política de represión en la sociedad chilena que duraría por 17 años.

sábado, 13 de octubre de 2007

La 2ª Guerra Mundial


La Segunda Guerra Mundial fue el conflicto armado más grande y sangriento de la historia mundial, en el que se enfrentaron las Potencias Aliadas y las Potencias del Eje, entre 1939 y 1945. Fuerzas armadas de más de setenta países participaron en combates aéreos, navales y terrestres. Por efecto de la guerra murió alrededor del 2% de la población mundial de la época (unos 60 millones de personas), siendo de civiles la mayoría de los fallecimientos. Como conflicto mundial comenzó el 1 de septiembre de 1939 (si bien algunos historiadores argumentan que en su frente asiático se declaró el 7 de julio de 1937) para acabar oficialmente el 2 de septiembre de 1945.

Las causas de la Segunda Guerra Mundial más inmediatas al estallido de la misma son, por una parte, la invasión de Polonia de 1939 por parte de los alemanes, y los ataques japoneses contra China, los Estados Unidos de América y las colonias británicas y holandesas en Asia. La Segunda Guerra Mundial estalló después de que estas acciones agresivas recibieran como respuesta una declaración de guerra, una resistencia armada o ambas por parte de los países agredidos y aquellos con los que mantenían tratados. En un primer momento, los países aliados estaban formados tan sólo por Polonia, Gran Bretaña y Francia, mientras que las fuerzas del Eje consistían únicamente en Alemania e Italia, unidas en una alianza mediante el Pacto de Acero.

A medida que la guerra progresó, los países que iban entrando en la misma (al ser de forma voluntaria, o al ser atacados) se alinearon en uno de los dos bandos, dependiendo de su propia situación. Ese fue el caso de los Estados Unidos y la URSS, atacados respectivamente por Japón y Alemania. Algunos países, como Hungría, cambiaron su alineamiento en las fases finales de la guerra.

Durante la elaboración del Tratado de Versalles, se presentó el problema de la compensación que Alemania debía pagar a los vencedores. El Reino Unido obtuvo la mayor parte de las colonias alemanas en África y Oceanía (aunque algunas fueron a parar a Japón y a Australia). Por su parte, Francia, en cuyo suelo se desarrolló la mayoría de los combates del frente occidental, recibió el pago de una gran indemnización y la recuperación de Alsacia y Lorena, que habían sido anexadas a Alemania por Otto von Bismarck tras la Guerra Franco-prusiana en 1870.

En el Imperio ruso, la Dinastía Románov había sido derrocada y reemplazada por un gobierno provisional que a su vez fue derrocado por los bolcheviques de Lenin y Trotsky. Después de firmar el humillante Tratado de Brest-Litovsk, los bolcheviques tuvieron que hacer frente a una guerra civil, que vencieron, creando la URSS en 1922. Sin embargo, ésta había perdido enormes territorios por haberse retirado prematuramente de la guerra. Estonia, Letonia, Lituania y Polonia resurgieron en el mapa a partir de una mezcla de territorios rusos y alemanes tras el tratado de Versalles.

En Europa Central, nuevos estados aparecieron tras el desmembramiento del Imperio Austrohúngaro: Austria, Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia, que además tuvo que ceder territorios a la nueva Polonia, a Rumanía y a Italia.

En Alemania, la visión popular del Tratado de Versalles era muy negativa: bajo su cobertura legal se había desmembrado el país, la economía alemana se veía sometida a pagos y servidumbres a los Aliados considerados abusivos, y el estado carecía de fuerzas de defensa frente a amenazas externas, sobre todo por parte de la URSS, que ya se había mostrado dispuesta a expandir su ideario político por la fuerza. Esta situación percibida de indefensión y represalias abusivas, combinada con el hecho de que nunca se llegó a combatir en territorio alemán, hizo surgir la teoría de la Puñalada por la espalda, la idea de que en realidad la guerra se podía haber ganado si grupos extranjeros no hubieran conspirado contra el país, lo que hacía aún más injusto el ser tratados como perdedores. Surgió así un gran rencor a nivel social contra los Aliados, sus tratados, y cualquier idea que pudiera surgir de ellos.

La desmovilización forzosa del ejército hasta la fuerza máxima de 100.000 hombres permitida por el tratado (un tamaño casi testimonial respecto al anterior) dejó en la calle a una cantidad enorme de militares de carrera que se vieron obligados a encontrar un nuevo medio de subsistencia en un país vencido, con una economía en pleno declive, y tensión social. Todo eso favoreció la creación y organización de los Freikorps, así como otros grupos paramilitares. La lucha de los Freikorps y sus aliados contra los movimientos revolucionarios alemanes como la Liga Espartaquista (a veces con la complicidad o incluso el apoyo de las autoridades) hizo que tanto ellos como los segmentos de población que les apoyaban se fueran inclinando cada vez más hacia un ideario reaccionario y autoritario, del que surgiría el nazismo como gran aglutinador a finales de los años 20 - inicios de los 30. Hasta entonces, había sido un partido en auge, pero siempre minoritario; un intento prematuro de hacerse con el poder por la fuerza (el Putsch de Múnich) acabó con varios muertos, el partido ilegalizado y Hitler en la cárcel. Es durante ese periodo de encarcelamiento que escribió el Mein Kampf (Mi lucha), el libro en el que sintetizó su ideario político para Alemania.




El caldo de cultivo existente a nivel social, combinado con la Gran Depresión de inicios de los 30 hizo que la débil República de Weimar) no fuera capaz de mantener el orden interno; los continuos disturbios y conflictos en las calles incrementaron la exigencia de orden y seguridad por parte de sectores de la población cada vez más amplios. Sobre esa ola de descontento y rencor, el Partido Nazi, liderado por Adolf Hitler se presentó como el elemento necesario para devolver la paz, la fuerza y el progreso a la nación. Los ideólogos del partido establecieron racionalizaciones que justificaban todas las ideas que hoy día resultan controvertidas en su ideario: la remilitarización era imprescindible para librarse del yugo opresor de las antiguas potencias Aliadas; la inestabilidad del país era ocasionada por movimientos sociales de base extranjera (comunistas) o grupos de presión no alemanes (judíos), culpables además de haber apuñalado por la espalda a la Gran Alemania en 1918; además, Alemania tiene derecho a recuperar los territorios que fueron suyos, así como asegurarse el necesario espacio vital para asegurar su crecimiento y prosperidad. Todas estas ideas quedaron condensadas en el Mein Kampf.

Partiendo de las afrentas reales y comprobables causadas por el Pacto de Versalles, los nazis lograron racionalizar las partes más duras de su ideario, de modo que potenciaron, alimentaron y extendieron la necesidad de reparación en la sociedad alemana, mezclando los problemas reales con las necesidades de su propio programa político, presentando el militarismo y la adherencia a la disciplina fascista como las únicas vías capaces de reconducir la situación. Del mismo modo se justificó la represión brutal de cualquiera que no pensara del mismo modo o fuera percibido como un enemigo del estado. Y el clima existente a causa del Pacto hizo que a la sociedad en general no le preocupase lo más mínimo el incumplimiento de cualquier tipo de tratado internacional. Hasta 1932, el NSDAP fue incrementando su cuota electoral en las elecciones federales, manteniendo un estilo político igual de bronco y agresivo que el que practicaba en la calle.

En noviembre de 1932 tienen lugar las octavas elecciones federales alemanas, en las que el NSDAP perdió algo más de un 4% de votos, quedando en un 33,1%. Al ser la lista más votada, y ante la imposibilidad de lograr una opción de consenso entre las demás fuerzas políticas, el presidente Hindemburg nombra canciller a Hitler y le ordena formar gobierno. El 27 de febrero de 1933, un incendio inexplicable arrasa el Reichstag, la sede del parlamento alemán. A raíz del mismo, Hitler declara el estado de excepción. Pronto surge desde el partido nazi la acusación de que los comunistas son los instigadores de la quema, y Hitler logra que un Hindenburg ya muy mermado de salud firme el Decreto del Incendio del Reichstag, aboliendo tanto al partido comunista como a cualquier organización afín al mismo. Con sus principales enemigos políticos ilegalizados, Hitler procede a convocar las novenas elecciones federales alemanas el 5 de marzo de 1933, logrando esta vez un 43,9% de votos y pasando a gobernar, en coalición con el DNVP, en mayoría absoluta. Una vez conseguido el poder político, la noche del 30 de junio al 1 de julio de 1933, Hitler se quita de encima a los principales opositores políticos que aún tenía, tanto de su partido como de los otros, en la llamada Noche de los cuchillos largos. Con esta acción de fuerza logró también el apoyo del ejército y la industria.


Benito Mussolini (izquierda) y Adolf Hitler (derecha), líderes de la Italia fascista y de la Alemania nazi respectivamente.Rápidamente, Hitler restauró en Alemania el servicio militar generalizado que había sido prohibido por el Tratado de Versalles, remilitarizó la Renania en 1936 y puso en práctica una política extranjera agresiva, el pangermanismo, inspirada en la búsqueda del Lebensraum, destinada a reagrupar en el seno de un mismo estado a la población germana de Europa central, comenzando por Austria (Anschluss) en marzo de 1938. El principal objetivo declarado de la política exterior alemana de la época inmediatamente anterior a la guerra era, por una parte, la recuperación de esos territorios, así como del Corredor polaco y la Ciudad libre de Danzig, en los antiguos territorios de Prusia perdidos por Alemania después de 1918. Esas reclamaciones territoriales constantes constituían elementos importantes de inestabilidad internacional, pues Berlín reivindicaba abiertamente su restitución, de forma cada vez más agresiva, con la intención de reconstruir la Gran Alemania.

El apoyo al levantamiento militar del General Francisco Franco en España por parte de Italia y Alemania con tropas y armamento desafió abiertamente al acuerdo de no-intervención en el conflicto civil (Guerra Civil Española) de las naciones extranjeras. Hitler había firmado ya el Pacto de Acero con Mussolini, el único de los dirigentes europeos con un ideario similar. El apoyo a las fuerzas franquistas fue un intento de establecer un estado fascista controlando el acceso al Mediterráneo con vistas a una futura guerra europea, algo que solo les funcionó a medias.

El oeste de Checoslovaquia (la región conocida como los Sudetes) era el hogar de una gran cantidad de población de ascendencia germana, cuyos derechos, según el gobierno alemán, estaban siendo infringidos. La anexión de los Sudetes fue aceptada en Múnich en septiembre de 1938 tras una conferencia tripartita entre Alemania, Francia y Gran Bretaña, donde el francés Edouard Daladier y el primer ministro inglés Neville Chamberlain, siguiendo una Política de apaciguamiento, confiaron en que sería la última reivindicación de la Alemania nazi. Hitler había transmitido personalmente esa idea a Chamberlain, tras entregarle un conjunto de informes con supuestas atrocidades cometidas contra habitantes alemanes en los Sudetes. La postura inglesa y francesa se debía en gran parte a la reticencia de sus poblaciones a verse envueltos de nuevo en una guerra a escala mundial, así como al convencimiento (sobre todo por parte de ciertos sectores de la sociedad inglesa) de que realmente el Tratado de Versalles había sido excesivo.

Sin embargo, en marzo de 1939 los ejércitos de Alemania entraron en Praga y asumieron el control de los territorios checos restantes. El día siguiente Hitler, desde el Castillo de Praga, proclamó el Protectorado de Bohemia y Moravia, a la vez que propició la aparición del estado títere de Eslovaquia. También se apoderó del territorio de Memel, perteneciente a Lituania. El fracaso del apaciguamiento demostró a las potencias occidentales que no era posible confiar en cualquier tratado que pudiera firmarse con Hitler, así como que sus aspiraciones de poder y expansión no podían seguir siendo toleradas. Polonia y Francia firmaron un acuerdo de mutua defensa el 19 de mayo de 1939, que posteriormente también suscribió Gran Bretaña.

Por su parte, Alemania y la URSS firmaron el 23 de agosto del mismo año el Pacto Ribbentrop-Molotov, que incluía un protocolo secreto por el que ambas potencias se dividían Europa central en esferas de influencia, incluyendo la ocupación militar. El tratado establecía el comercio e intercambio de petróleo y comida de la URSS a Alemania, reduciendo así el efecto de un futuro bloqueo por parte de Gran Bretaña como el que casi había ahogado a Alemania en la Primera Guerra Mundial. Hitler pasó entonces a centrarse en la preparación del futuro conflicto con los Aliados cuando, como pretendía, invadiera Polonia con el fin de incorporarla a Alemania. La ratificación del tratado de defensa entre Polonia y el Reino Unido no alteró sus planes.


Cartel propagandistico ensalzando la figura de Benito Mussolini.Benito Mussolini se había convertido en líder indiscutido de Italia durante ese mismo período de entreguerras. Expulsado del Partido Socialista Italiano por apoyar la participación de Italia en la Primera Guerra Mundial, en 1919 fundó los Fasci italiani di combattimento, grupo militar integrado por excombatientes, que reprimían a los movimientos denominados obreros y al partido socialista; era por tanto análogo a los Freikorps alemanes tanto en ideario como en actuación. El fascismo creado por Mussolini defendía un régimen militarista, autoritario, nacionalista, que centralizara el poder en una persona y un movimiento (Partido Nacional Fascista en el caso italiano) y contrario a las instituciones democráticas. Los fascistas tomaron como emblema el Fascio, antiguo símbolo de poder entre los romanos, consistente en un haz de varas con un hacha en el centro.

En estos años los movimientos obrero y campesino se manifestaron de manera más radical al tomar las fábricas y las tierras bajo su control, en un intento por imitar la revolución rusa. Los industriales y terratenientes, asustados por esta amenaza a sus intereses, apoyaron económicamente a los Fasci di combattimento. En septiembre de 1922 los camisas negras, como también eran conocidos los fascistas, organizaron una marcha sobre Roma, para presionar al gobierno por la incapacidad de resolver la situación económica. En respuesta, Víctor Manuel III nombró a Mussolini primer ministro. Este empezó a autodenominarse "Duce" (caudillo), y estableció un gobierno totalitario. Creó el Gran Consejo Fascista que controló el Parlamento. Persiguió a los sindicatos, al Partido Socialista, prensa contraria a su gobierno, y a la Iglesia. Suprimió las libertades individuales y el derecho de huelga. Controló los medios de comunicación y solo permitió propaganda que exaltara el nacionalismo y el fascismo. También introdujo el militarismo en el sistema educativo italiano.

Del mismo modo que Hitler en Alemania, Mussolini defendía el derecho de Italia a la expansión territorial, de grado o por fuerza. Mussolini comenzó una gran campaña expansionista conocida como el colonialismo italiano. Estableció colonias en Somalia, Eritrea y Libia, y conquistó por la fuerza Abisinia y Albania, ignorando las protestas de la Sociedad de Naciones.

Japón vivió un proceso de modernización acelerado a partir de la Era Meiji que le llevó de ser un país feudal de economía agraria bajo el Shogunato Tokugawa, a convertirse en la mayor potencia industrial de Extremo Oriente, en apenas 60 años. Este ritmo brutal creó un desfase entre el nivel tecnológico del país y sus costumbres, plasmado perfectamente en su sistema político; a pesar de ser nominalmente una democracia parlamentaria, el Ejército y la Marina eran dirigidos por los ministros de Guerra y Marina (que debían ser obligatoriamente generales o almirantes retirados o en activo), los cuales no estaban sujetos a la autoridad del Primer Ministro, sino directamente a la del Emperador. Los militares, por tanto, constituían un poder fáctico al margen del control de los políticos civiles, que solo contaban con la asignación de presupuestos como medida de presión, e intervenían activamente en la vida política del país. De las 29 personas que recibieron el cargo de Primer Ministro durante el periodo 1885 - 1945, 15 eran almirantes o generales retirados o en activo (durante el periodo 1932 - 1945 fueron 8 de 11).

Esta anómala situación, combinada con el paso de un ejército permanente a otro reclutado (lo que obligaba a dar instrucción militar a todos los jóvenes del país), favoreció la progresiva militarización de la sociedad japonesa; el ejército y la marina, escasamente controlados por el poder civil, definían sus propios objetivos y se peleaban por los recursos presupuestarios disponibles, pero ambos coincidían en su desprecio a la clase política. Se formaron grupos de opinión enfrentados dentro de las fuerzas armadas que llevaban una "política paralela" a la del gobierno. Japón, un conjunto de islas con gran cantidad de población pero falta de recursos naturales, entró en el siglo XX con el firme propósito de imitar el sistema económico de las potencias occidentales, incluyendo el colonialismo, como forma de mantener su propio desarrollo, y volvió sus ojos hacia el continente asiático.

En 1894 Japón, que ya hacía tiempo que se disputaba la península de Corea con el Imperio Chino, inició la Primera Guerra Sino-japonesa con un ataque por sorpresa sin previa declaración de guerra. Para sorpresa de todos, el pequeño Imperio de Japón aplastó a las fuerzas del mastodóntico Imperio Chino, forzando un tratado de paz que le supuso la cesión de Taiwán, de las Islas Pescadores y de Liao-dong. La Rusia Imperial intentó limitar el dominio local de la emergente potencia: subvencionó el pago de las deudas de guerra chinas con Japón y, apoyada por Alemania y Francia, humilló a Tokio e impuso la restitución de Liao-dong a China.


Emperador Kangde de Manchukuo, gobierno títere puesto en el poder por los japoneses al norte de China entre 1931 y 1945.Rusia y Japón se vieron desde ese momento implicadas en la lucha por la influencia en la parte noroeste de China. Rusia obtuvo la concesión para la construcción del ferrocarril Transmanchuriano, y aumentó su presencia militar en el sector con la creación de una base naval en Port Arthur, en la parte sur de la península de Liao-dong. La política rusa se encaminaba a desarrollar su influencia sobre toda Manchuria y Corea. Japón se inquietó e intentó en un principio negociar una repartición de áreas de influencia en Manchuria, aunque sin éxito. De modo que en 1904 la Marina Imperial Japonesa atacó y destruyó (de nuevo sin previa declaración de guerra) la flota rusa estacionada en Port Arthur. Japón estaba bien preparado, dominaba los mares de la zona en conflicto y sus bases estaban cerca de la zona. Por el contrario, Rusia estaba minada por tensiones internas, dirigida en el este por un mando incompetente e incapaz de asegurar un enlace eficaz con el oeste, ya que el Transiberiano era su única vía terrestre, por lo que no pudo plantar cara. La Guerra Ruso-japonesa terminó en 1905 con un armisticio que humilló a Rusia y dejó Liao-dong en manos de Japón, junto con la mitad meridional de la isla Sajalín y la preeminencia absoluta sobre Corea. En 1914, Japón declaró la guerra a Alemania, consiguiendo al final de la Primera Guerra Mundial las posesiones alemanas del Océano Pacífico septentrional.

En la década de los 30 la posición política de los militares en Japón era cada vez más dominante. El poder político estaba controlado por los grupos de presión dentro del Ejército y la Armada, hasta el punto de que ocurrieron varios golpes de estado y atentados por parte de cadetes y oficiales jóvenes del Ejército y la Marina contra ministros y altos cargos que estorbaban los intereses de las camarillas militares. Estas acciones llegaron a costar la vida incluso de un Primer Ministro en 1932, lo que supuso el final a todos los efectos de cualquier intento de controlar al ejército desde el gobierno: la clase política era consciente de que simplemente emitir en público una opinión desfavorable hacia las fuerzas armadas significaba arriesgarse a morir a manos de un ultranacionalista en un arranque de patriotismo.

En 1931, usando como casus belli unos supuestos incidentes transfronterizos, Japón invadió Manchuria, que convirtió en 1932 en Manchukuo, estado independiente bajo protectorado japonés, junto con Jehol. Las críticas internacionales por esta acción llevaron a Japón a retirarse de la Sociedad de Naciones al año siguiente. En 1937, necesitado de recursos naturales y aprovechando la debilidad china provocada por la guerra civil entre comunistas y republicanos, Japón inició la Segunda Guerra Sino-japonesa, y ocupó la parte noreste de ese país. Los Estados Unidos de América y Gran Bretaña reaccionaron en apoyo del Kuomintang concediéndole créditos, ayuda militar encubierta, pilotos y aeroplanos, así como levantando embargos de materias primas y petróleo cada vez mayores contra Japón (su comercio exterior llegó a caer en un 75%, mientras que las importaciones de petróleo lo hicieron en un 89%).

El 1 de septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia, usando el falso pretexto de un "ataque Polaco" simulado en un puesto fronterizo alemán. El Reino Unido y Francia le dieron dos días a Alemania para retirarse de Polonia. Una vez que pasó la fecha límite, el 3 de septiembre, el Reino Unido, Australia, y Nueva Zelanda le declararon la guerra a Alemania, seguidos rápidamente por Francia, Sudáfrica y Canada.

Los franceses se movilizaron lentamente y después sólo hicieron una ofensiva de "demostración" en el Saar, que pronto abandonaron, mientras que los británicos no pudieron hacer ninguna acción directa en apoyo de los polacos en el tiempo disponible (véase Traición occidental). Mientras tanto, el 8 de septiembre, los alemanes alcanzaban Varsovia, habiendo penetrado a través de las defensas polacas.

El 17 de septiembre, la Unión Soviética, siguiendo su acuerdo secreto con Alemania, invadió Polonia desde el este, convirtiendo las defensas polacas en un caos mediante la apertura de un segundo frente. Un día más tarde, tanto el presidente polaco como el comandante en jefe huyeron a Rumanía. El 1 de octubre, después de un mes de asedio de Varsovia, las fuerzas hostiles entraron en la ciudad. Las últimas unidades polacas se rindieron el 6 de octubre. Polonia, sin embargo, nunca se rindió oficialmente a los Alemanes. Algunas tropas polacas se fueron a países vecinos. Como consecuencia de la Campaña de Septiembre, la Polonia ocupada consiguió crear un poderoso movimiento de resistencia y contribuyó con fuerzas militares significativas al esfuerzo aliado durante el resto de la Segunda Guerra Mundial.


Tropas Finlandesas luchando contra la invasión Soviética.Tras la conquista de Polonia, Alemania se tomó una pausa para reagruparse durante el invierno de 1939-1940, mientras británicos y franceses se mantenían a la defensiva. Los periodistas llamaron a este período la "guerra de broma" o "Sitzkrieg" ("drôle de guerre" en francés), debido a que casi no existieron combates en el frente. Durante este período, la Unión Soviética atacó Finlandia el 30 de noviembre de 1939, con lo que comenzó la Guerra de Invierno. A pesar de superar a las tropas finesas en número de 4 a 1, el Ejército Rojo encontró que su ataque se volvía muy difícil, lo cual resultó muy embarazoso, y la fuerte defensa finesa evitó una invasión completa. Finalmente, los soviéticos acabaron por imponerse y el tratado de paz vio como Finlandia cedía áreas estratégicamente importantes en la frontera cerca de Leningrado, así como en la Carelia.

Alemania invadió Dinamarca y Noruega el 9 de abril de 1940, en la Operación Weserübung, en parte para contrarestar la amenaza de una inminente invasión Aliada de Noruega. Dinamarca no resistió, pero Noruega luchó. La defensa Noruega fue socavada desde el interior por la colaboración de Vidkun Quisling, cuyo nombre es hoy en día sinónimo de "traidor". Tropas del Reino Unido, cuya propia invasión estaba preparada, desembarcaron en el norte de Noruega. A últimos de junio, los Aliados habían sido derrotados y se retiraban, Alemania controlaba la mayor parte de Noruega, y el Ejército de Noruega se había rendido, mientras que la Familia Real Noruega escapaba a Londres. Alemania usó Noruega como base para ataques navales y aéreos contra los convoyes árticos que se dirigían a la Unión Soviética con armas y suministros. Los partisanos noruegos continuarían la lucha contra la ocupación Alemana durante toda la guerra
Los Alemanes acabaron la Guerra de broma el 10 de mayo de 1940, cuando invadieron Luxemburgo, Bélgica, los Países Bajos, y Francia. Los Países Bajos fueron arrollados rápidamente y la ciudad holandesa de Rotterdam fue destruida en un bombardeo aéreo. La Fuerza Expedicionaria Británica (BEF) y el Ejército Francés, avanzaron hacia el norte de Bélgica y planeaban hacer una guerra móvil en el norte, mientras mantenían un frente continuo y estático a lo largo de la Línea Maginot más al sur. Los planes Aliados fueron desbaratados inmediatamente por el más clásico e importante ejemplo en la historia de la Blitzkrieg.

En la primera fase de la invasión, Fall Gelb, el Panzergruppe von Kleist de la Wehrmacht, se precipitó a través de las Ardenas, una región con espesos bosques que los Aliados habían pensado que sería impenetrable para un ejército mecanizado moderno. Los alemanes rompieron la línea francesa en Sedán, sostenida por reservistas más que por tropas de primera línea, para luego girar hacia el oeste a través del norte de Francia hacia el Canal de la Mancha, dividiendo en dos a los Aliados.

La BEF y las fuerzas Francesas, rodeadas en el norte, fueron evacuadas desde Dunkerque en la Operación Dinamo. La operación fue una de las evacuaciones más grandes de la historia militar, cuando 338.000 soldados británicos, franceses y belgas fueron evacuados a través del Canal de la Mancha en barcos de guerra y civiles.

El 10 de junio, Italia se unió a la guerra, atacando a Francia por el sur. Las fuerzas alemanas continuaron entonces la conquista de Francia con Fall Rot (Caso Rojo). Francia firmó un armisticio con Alemania el 22 de junio de 1940, que condujo a la ocupación directa alemana de París y de dos tercios de Francia, y al establecimiento de un gobierno títere Alemán con sede en el sudeste de Francia conocido como la Francia de Vichy.


Un Heinkel He 111 sobre el East End de Londres durante la Batalla de Inglaterra, 7 de septiembre de 1940.Alemania había empezado los preparativos en el verano de 1940 para invadir el Reino Unido en la Operación León Marino. Muchos de los suministros y de las armas pesadas del Ejército Británico se habían perdido en Dunkerque. Los alemanes no tenían ninguna esperanza de batir a la Marina Real Británica, pero pensaron que tendrían una oportunidad de éxito si podían alcanzar la superioridad aérea. Para hacerlo, tenían que suprimir primero a la Royal Air Force (RAF). El consiguiente combate a finales del verano de 1940 entre las dos fuerzas aéreas llegó a conocerse como la Batalla de Inglaterra. La Luftwaffe tomó como objetivo inicialmente a los aeródromos y estaciones de radar del RAF Fighter Command (Mando de cazas de la RAF). Hitler, enfadado por los ataques de bombardeo de represalia hechos sobre Berlín, desvió su atención hacia el bombardeo de Londres, en una operación conocida como el Blitz. La Luftwaffe fue rechazada eventualmente por los Hurricanes y los Spitfires, mientras la Royal Navy mantenía el control del Canal de la Mancha. Así, los planes de invasión fueron pospuestos indefinidamente.

Después de la caída de Francia en 1940, el Reino Unido estaba sin recursos económicos. Franklin Delano Roosevelt persuadió al Congreso de los Estados Unidos, para que aprobase el acta de Préstamo y arriendo el 11 de marzo de 1941, que proveyó al Reino Unido y a otros 37 países con 50 billones de dólares en equipo militar y otros suministros. El Reino Unido y la Commonwealth recibieron 34,4 mil millones de dólares. Canadá realizó un programa similar que envió 4,7 mil millones de dólares en suministros al Reino Unido.

El 6 de enero de 1942, Stalin, confiado después de su victoria anterior, ordenó una contraofensiva general. Inicialmente los ataques tuvieron éxito cuando las pinzas Soviéticas se cerraron alrededor de Demyansk y Vyazma, y se hicieron amenazadores ataques hacia Smolensk y Bryansk. Pero a pesar de estos éxitos la ofensiva Soviética pronto perdió el vapor. Para marzo, los Alemanes habían recobrado y estabilizado su línea y asegurado el cuello de la Bolsa de Vyazma. Solamente en la Bolsa de Demyansk había alguna perspectiva seria de una gran victoria Soviética. En esta bolsa una gran parte del 16º Ejército Alemán había sido rodeado. Hitler ordenó que no hubiese ninguna retirada y los 92.000 hombres atrapados en la bolsa tuvieron que sostener el terreno en el que estaban, mientras recibían los suministros desde el aire. Aguantaron durante 10 semanas hasta abril, cuando se abrió un corredor terrestre hacia el oeste. Las fuerzas Alemanas returvieron Demyansk, hasta que se les permitió retirarse en febrero de 1943.

Con la primavera ambos bandos decidieron reasumir la ofensiva. Mientras que el Alto Mando Alemán decidió estabilizar el frente en Jarkov, los Soviéticos sin saberlo, decidieron atacar en el mismo sector para mantener la presión en el sur. Los Soviéticos habían atacado en el sector de Jarkov en enero, y habían establecido un saliente en la orilla oeste del Río Donets. El 12 de mayo, los Soviéticos comenzaron su ofensiva con ataques concéntricos a cada lado de Jarkov, y en ambos lados los Soviéticos rompieron a través de las líneas Alemanas, y la ciudad se encontró seriamente amenazada. Como respuesta, los Alemanes aceleraron sus planes para su propia ofensiva y la lanzaron 5 días más tarde.

El 6º Ejército Alemán golpeó en el saliente desde el sur y rodeó completamente a todo el ejército Soviético que estaba asaltando Jarkov. En los últimos días de mayo, los Alemanes destrozaron las fuerzas que se encontraban dentro de la bolsa. De las tropas Soviéticas dentro de la bolsa, 70.000 fueron muertas, 200.000 capturadas y sólo 22.000 consiguieron escapar. Los Alemanes no se dieron cuenta de la escala de la victoria que habían conseguido, y desconocido para los Alemanes, a principios de junio las extensas estepas del Cáucaso estaban virtualmente sin defensa.

Hitler ahora, se había dado cuenta que sus Ejércitos eran demasiado débiles para llevar a cabo una ofensiva en todos los sectores del Frente Oriental. Pero si los Alemanes podían apoderarse del petróleo y del área rica y fértil del Sur de Rusia, les daría los medios a los Alemanes de continuar la guerra. En abril, Hitler confirmó sus planes para la campaña principal en Rusia, de nombre código Operación Blue. Los objetivos totales de la Operación Blue, serían la destrucción del frente sur del Ejército Rojo, la consolidación de la Ucrania al oeste del Río Volga, y la captura de los campos petrolíferos del Cáucaso. Los Alemanes reforzaron al Grupo de Ejército Sur, transfiriendo divisiones de otros sectores y obteniendo divisiones de los aliados del Eje. A últimos de Junio, Hitler tenía 74 Divisiones listas para la ofensiva, 54 de ellas eran Alemanas.

El plan Alemán era un ataque de tres puntas en el Sur de Rusia. El 4º Ejército Panzer (transferido desde el Grupo de Ejército Norte) y el 2º Ejército apoyados por el 2º Ejército Húngaro atacarían desde Kursk a Voronezh, después de lo cual continuarían atacando y anclando su ala izquierda alrededor del Río Volga. El 6º Ejército atacaría desde Jarkov y se movería en paralelo con el 4º Ejército Panzer para alcanzar el Río Volga. El 1er Ejército Panzer golpearía hacia el bajo Río Don, flanqueado a su derecha por el 17º Ejército. Se esperaba que estos movimientos diesen como resultado una serie de grandes bolsas de tropas Soviéticas. Los Soviéticos no conocían de donde vendría la principal ofensiva Alemana de 1942. Stalin estaba convencido que el principal objetivo Alemán de 1942 sería Moscú y un 50% de todas las tropas del Ejército Rojo fueron desplegadas en la región de Moscú. Sólo un 10% de las tropas Rusas estaban desplegadas en el Sur de Rusia.

El 28 de junio de 1942, comenzó la ofensiva Alemana. En todos sitios los Rusos retrocedieron cuando los Alemanes cortaron como un cuchillo a través de las defensas Rusas. El 5 de julio, elementos adelantados del 4º Ejército Panzer alcanzaron el Río Don cerca de Voronezh y quedaron enzarzados en una amarga batalla para capturar la ciudad. Los Rusos, atando al 4º Ejército Panzer ganaron un tiempo vital para reforzar sus defensas. Los Rusos por vez primera en la guerra, no estaban luchando para aguantar sin esperanza posiciones expuestas, sino que se estaban retirando en buen orden. Cuando la pinzas Alemanas se cerraron, solo encontraron rezagados y guardias de cobertura. Enfadado con los retrasos, Hitler reorganizó al Grupo de Ejército Sur en dos Grupos de Ejército más pequeños, el Grupo de Ejército A que ahora incluía al 17º Ejército, al 1er Ejército Panzer y al 4º Ejército Panzer. El Grupo de Ejército B que incluía al 2º Ejército, al 6º Ejército y a 2 Ejércitos Italianos y Húngaros. El grueso de las fuerzas Acorazadas estaba ahora concentrado con el Grupo de Ejército A, al que se le ordenó atacar hacia los campo petrolíferos del Cáucaso, mientras que al Grupo de Ejército B se le ordenó capturar Stalingrado y defender contra cualquier contraataque Soviético. La transferencia del 4º Ejército Panzer lejos del 6º Ejército ayudó al 1er Ejército Panzer a cruzar la región baja del Río Don, pero redujo el avance del 6º Ejército a una marcha, dando más tiempo a los Rusos a consolidar sus posiciones.

El 23 de julio, el 6º Ejército Alemán había tomado Rostov pero los Rusos lucharon una hábil acción de cobertura que enzarzó a los Alemanes en una dura lucha urbana para tomar la ciudad. Esto también permitió que las principales formaciones Rusas escapasen del embolsamiento. Con el cruce del Río Don asegurado en el sur y con el avance del 6º Ejército yendo muy despacio, Hitler envió al 4º Ejército Panzer para reunirse otra vez con el 6º Ejército. A últimos de julio, el 6º Ejército resumió su ofensiva y para el 10 de agosto, el 6º Ejército limpió de Rusos la orilla occidental del Río Don, pero los Rusos aguantaron en algunas áreas más, retrasando la marcha del 6º Ejército hacia el este. En contraste, el Grupo de Ejército A, después de cruzar el Río Don el 25 de julio, se había extendido en un frente ancho. El 17º Ejército Alemán giró hacia el oeste, hacia el Mar Negro, el 1er Ejército Panzer atacó hacia el sur y el este barriendo un terreno abandonado en su mayor parte por los Rusos. El 9 de agosto, el 1er Ejército Panzer, alcanzó las estribaciones de las montañas del Cáucaso, habiendo avanzando más de 450 kilómetros.


Soldados Soviéticos avanzando a través de las ruinas de Stalingrado, 1942.El 6º Ejército Alemán después de limpiar de tropas Rusas finalmente la orilla oeste del Río Don, cruzó el río el 21 de agosto y empezó a avanzar hacia Stalingrado. Los Alemanes bombardearon la ciudad matando 40.000 personas y convirtiendo gran parte de la ciudad en una ruina. El 6º Ejército avanzó sobre Stalingrado desde el Norte, mientras que el 4º Ejército Panzer avanzó desde el Sur. Entre estos ejércitos y en el área desde el Río Don al Río Volga, se había creado un saliente. Dos Ejércitos Rusos estaban en el saliente, y el 29 de agosto, el 4º Ejército Panzer montó un ataque importante a través del saliente hacia Stalingrado. Se le ordenó al 6º Ejército que hiciese lo mismo, pero los Rusos montaron fuertes ataques contra el 6º Ejército desde el Norte que inmovilizaron al 6º Ejército durante 3 días vitales, que hicieron posible que las fuerzas Soviéticas en el saliente escapasen al embolsamiento, y se retirasen hacia Stalingrado. Los Rusos que en este momento, ya se habían dado cuenta que el plan Alemán era apoderarse de los campos petrolíferos, empezaron a enviar un gran número de tropas desde el sector de Moscú para reforzar a sus tropas en el Sur. Zhúkov asumió el mando del frente de Stalingrado y a principios de septiembre lanzó una serie de ataques desde el Norte que retrasaron aún más el intento del 6º Ejército de tomar Stalingrado. A mediados de septiembre, el 6º Ejército, después de neutralizar los contraataques Soviéticos, reasumió otra vez la captura de la ciudad. El 13 de septiembre, los Alemanes avanzaron a través de los suburbios del sur y para el 23 de septiembre de 1942, el principal complejo de fábricas estaba rodeado y la artillería Alemana estaba al alcance de los muelles en el río, a través de los cuales, los Soviéticos evacuaban a los heridos y traían los refuerzos. La lucha callejera feroz, el conflicto cuerpo a cuerpo de la clase más salvaje, se adueñaban ahora de Stalingrado. El agotamiento y las privaciones quitaban gradualmente las fuerzas a los hombres.

El 6º Ejército de Von Paulus no había sido diseñado para luchar una batalla en un ambiente urbano, y le pidió a Hitler poder retirarse para reorganizar sus fuerzas pero Hitler, que había llegado a obsesionarse con la batalla de Stalingrado, rehusó contemplar una retirada. El General Paulus, desesperado, usando sus ultimas reservas lanzó otro ataque a principios de noviembre, ya que en este momento los Alemanes habían conseguido capturar el 90% de la ciudad. Los Soviéticos, sin embargo, habían estado construyendo fuerzas masivas a los flancos de Stalingrado, que estaban en este momento severamente bajas de hombres por parte del Eje, ya que el grueso de las fuerzas Alemanas estaba concentrado en la captura de la ciudad y las tropas satélites del Eje se habían dejado guardando los flancos. Los Soviéticos lanzaron la Operación Urano el 19 de noviembre de 1942, con ataques simultáneos que golpearon en los flancos del Eje y se encontraron en la ciudad de Kalach cuatro días más tarde, atrapando al 6º Ejército en Staligrado.


El frente oriental en el momento de la Operación Urano.Los Alemanes pidieron permiso para intentar romper el cerco, lo cual fue rechazado por Hitler, que ordenó al 6º Ejército permanecer en Stalingrado, y les prometió que serían suministrados desde el aire hasta que fuesen rescatados. Al mismo tiempo, los Soviéticos lanzaron la Operación Marte en un saliente cerca de Moscú. Su objetivo era el inmovilizar al Grupo de Ejército Centro e impedir que pudiese reforzar al Grupo de Ejército Sur en Stalingrado.

Mientras tanto, el avance del Grupo de Ejército A en el Cáucaso, se había parado cuando los Rusos destruyeron las factorías de producción de petróleo, y se requeriría un año de trabajo para volverlas a hacer operativas, y los campos petrolíferos que quedaban, estaban al sur de las Montañas del Cáucaso. Todo agosto y septiembre, las tropas de Montaña Alemanas, sondearon para intentar encontrar un medio de pasar las montañas, pero para octubre con el comienzo del invierno, no estaban más cerca de conseguir su objetivo. Con las tropas Alemanas rodeadas en Stalingrado, El Grupo de Ejército A empezó a retroceder.

En diciembre, el Mariscal de Campo Erich von Manstein, formó rápidamente una fuerza de socorro Alemana compuesta con unidades del Grupo de Ejército A para liberar al atrapado 6º Ejército. Incapaz de obtener refuerzos del Grupo de Ejército Centro, la fuerza de socorro solo consiguió penetrar 50 kilómetros antes de ser obligada a retroceder por los Soviéticos. Para final del año, el 6º Ejército estaba en una situación desesperada, cuando la Luftwaffe fue capaz solamente de suministrar un sexto de los suministros que se necesitaban.

Poco antes de rendirse al Ejército Rojo el 2 de febrero de 1943, Friedrich Paulus fue ascendido a Mariscal de Campo. Esto era un mensaje de Hitler, porque ningún Mariscal de Campo Alemán había rendido jamás sus tropas o había sido cogido prisionero. De los 300.000 hombres del 6º Ejército, solo sobrevivieron 91.000 para ser cogidos como prisioneros, incluyendo 22 generales, de los cuales sólo 5.000 hombres volverían a Alemania después de la guerra. Esta llegó a ser la batalla más grande, y más costosa, en términos de vidas humanas, de la historia. En ambos lados murieron o fueron heridos alrededor de 2 millones de personas, incluyendo civiles, siendo las bajas del Eje de aproximadamente unas 850.000.


Winston Churchill, Franklin D. Roosevelt, and Joseph Stalin en Yalta en 1945.Roosevelt, Churchill, y Stalin llegaron a acuerdos para la Europa de posguerra en la Conferencia de Yalta en febrero de 1945. Su encuentro llegó a muchas resoluciones importantes, tales como la formación de las Naciones Unidas, elecciones democráticas en Polonia, las fronteras de Polonia se movieron hacia el oeste a expensas de Alemania, los nacionales Soviéticos serían repatriados, y se acordó que la Unión Soviética atacaría a Japón a los tres meses de la rendición de Alemania.

Los Aliados reasumieron su avance hacia el interior de Alemania a finales de enero. El obstáculo final para los Aliados era el Río Rin, que fue cruzado a finales de marzo de 1945, ayudados por la captura fortuíta del Puente de Ludendorff en Remagen. Una vez que los Aliados hubieron cruzado el Rin, los Británicos se dirigieron en abanico hacia el nordeste en dirección a Hamburgo, cruzando el Río Elba y moviéndose hacia Dinamarca y el Mar Báltico.


El General de los Estados Unidos, Omar Bradley que dirigió el avance dentro de Alemania.El 9º Ejército de los Estados Unidos se dirigió al sur para formar la pinza norte del embolsamiento del Ruhr, mientras que el 1er Ejército de los Estados Unidos fue hacia el norte como la pinza sur del embolsamiento. Estos ejércitos estaban comandados por el general Omar Bradley que tenía bajos su mando 1.300.000 hombres. El 4 de abril, el cerco estaba completado, y el Grupo de Ejército Alemán B, que incluía al 5º Ejército Panzer, al 7º Ejército y al 15º Ejército comandados por el Mariscal de Campo Walther Model, estaban atrapados en la Bolsa del Ruhr. Se cogieron unos 300.000 soldados Alemanes como prisioneros de guerra. El 1er y 9º ejércitos de los Estados Unidos, giraron entonces hacia el este. Pararon su avance en el río Elba, donde se encontraron con las tropas Soviéticas a mediados de abril.

Los avances Aliados hacia el norte de la península Italiana, en el invierno de 1944–45, habían sido lentos debido al terreno montañoso y al redespliegue de tropas en Francia. Pero para el 9 de abril, el 15º Grupo de Ejército Britoamericano, penetró a través de la línea Gótica y atacó el valle del Po, cercando gradualmente las principales fuerzas Alemanas. Milán se conquistó a finales de abril. El 5º Ejército de Estados Unidos continuó su avance hacia el oeste y enlazó con unidades francesas, mientras que los Británicos entraron en Trieste, y se encontraron con los partisanos Yugoslavos. Unos pocos días antes de la rendición de las tropas Alemanas en Italia, partisanos Italianos capturaron a Mussolini que trataba de escapar a Suiza. Fue ejecutado, junto con su amante, Clara Petacci. Se llevaron sus cuerpos a Milán, donde fueron colgados boca abajo, para escarnio público.


Los Mariscales de la Unión Soviética, Zhúkov (sobre el caballo blanco) y Rokossovskiy en el Desfile de la Victoria en la Plaza Roja el 24 de junio de 1945.Después de la muerte de Hitler, el Gran Almirante Karl Dönitz se convirtió en el líder del gobierno Alemán pero el esfuerzo de guerra Alemán, se desintegraba rápidamente. Las fuerzas Alemanas en Berlín, rindieron la ciudad a las tropas Soviéticas el 2 de mayo de 1945. Las fuerzas Alemanas en Italia se rindieron el 2 de mayo de 1945, en el cuartel general del General Alexander, y las fuerzas Alemanas en el Norte de Alemania, Dinamarca, y Holanda se rindieron el 4 de mayo. El Alto Mando Alemán bajo el Generaloberst Alfred Jodl rindieron incondicionalmente todo el resto de fuerzas Alemanas el 7 de mayo en Reims, Francia. Los Aliados occidentales celebraron el "Día de la Victoria en Europa" el 8 de mayo. La Unión Soviética celebró el "Día de la Victoria" el 9 de mayo. Algunos restos del Grupo de Ejército Centro Alemán continuaron resistiendo hasta el 11 de mayo o el 12 de mayo
Además de los horrores propios de toda guerra, la Segunda Guerra Mundial introdujo formas de sufrimiento no achacables a la propia escala de la misma:

Deportaciones masivas a campos de concentración y de trabajo, organizados en Europa por Alemania (contra judíos, homosexuales, eslavos, discapacitados, gitanos, Testigos de Jehová, comunistas, españoles republicanos, etc.), que se convertirían en campos de exterminio donde tendría lugar el Holocausto; también en Estados Unidos y otros países de América, internando a sus ciudadanos de ascendencia japonesa.
Masacres masivas de población y de prisioneros enemigos perpetrada por las fuerzas japonesas, principalmente en China, y las alemanas, en Rusia.
violaciones masivas de mujeres por parte de tropas soviéticas y japonesas.
Experimentos científicos usando prisioneros realizados por médicos nazis y japoneses, que solían acabar con la muerte del individuo.
Bombardeo aéreo masivo de civiles y lanzamiento de cohetes V-1 y V-2 iniciado por el Eje en Varsovia, Londres y otras ciudades, que fue continuado por los aliados a una escala mucho mayor (Tokio, Berlín, Dresde y Hamburgo entre otras). Además, por primera y única vez, la bomba atómica fue utilizada en una guerra: dos bombas arrojadas por Estados Unidos explotaron con tres días de intervalo, en Hiroshima y Nagasaki.
La Segunda Guerra Mundial contribuyó a que emergieran dos superpotencias que buscaban repartirse el mundo: Estados Unidos y la URSS. La Sociedad de Naciones, a la que se responsabilizó de contribuir a desatar la guerra, fue reemplazada por la ONU. La carta de las Naciones Unidas se firmó en San Francisco el 26 de junio de 1945. En los Juicios de Nüremberg y Tokio, parte de la jerarquía nazi y del Tenno nipón fue juzgada y condenada por crímenes contra la humanidad. La investigación científica y técnica, en su conjunto, se benefició de un fuerte impulso en particular: el dominio del átomo tras el Proyecto Manhattan. También contribuyó a la creación del helicóptero, los aviones a reacción y la creación del ICBM.

Los soviéticos, que se aliaron con EEUU y los aliados sólo por conveniencia contra el enemigo común, Alemania, se convirtieron en enemigos por sus ideales contrarios, y así comenzó una era de guerra fría en Europa.

En Alemania tras la firma del armisticio por parte del Eje, el Plan Marshall contribuyó a la reconstrucción de Alemania. Si bien los alemanes perdieron la guerra, sus adelantos en tecnología punta en cadenas de industrias, fabricación de componentes para cohetes, misiles y diversos tipos de armas ayudaron a los Aliados del Oeste y sirvieron para el llamado «milagro alemán».

Sin embargo se presentó la expulsión de alemanes en Europa central (Prusia, Chequia, Polonia y países bálticos) donde había asentamientos alemanes desde varios siglos atrás. Los alemanes de los Sudetes, que pedían su incorporación a Alemania, habían desencadenado el desmantelamiento de Checoslovaquia, acordado en los Acuerdos de Múnich de 1938.

Tras la toma de esos territorios por el ejército soviético, numerosos alemanes fueron expulsados o dejaron su tierra para ir a Alemania o Austria, en condiciones generalmente dramáticas.

Los Estados Unidos tomaron la iniciativa de una actitud «positiva». Impusieron la democracia (particularmente al Japón), a través de una depuración y de un control del estado y la educación.

Las pérdidas de vidas humanas para Estados Unidos fueron, en comparación con el resto de los Aliados, muy inferiores en número porque en su territorio no se desarrolló la guerra y las pérdidas sólo fueron militares.

En este contexto, la actitud francesa, país liberado tras la Batalla de Normandía según la historiografía francesa, estuvo marcada por la afirmación original de una voluntad de independencia, sobre todo debido a la personalidad de Charles De Gaulle, quien hizo jugar a Francia un papel en la ocupación de Alemania al lado de los vencedores y, por otra parte, desarrolló la investigación nuclear para afirmar su independencia de Estados Unidos. La liberación se acompaña de una depuración de personas sospechosas de ser colaboradores (gran parte de ellos ejecutados sin juicio previo) y la destrucción de ciudades como El Havre. Se forma un gobierno de unión, entre comunistas y gaullistas de una parte y representantes de la resistencia y radicales, de centro izquierda.

Los otros aliados, si se exceptúa el Reino Unido, jugaron un rol menor o fueron descartados de las negociaciones referentes a la puesta en práctica de las dos zonas de influencia que siguieron a los acuerdos de Yalta y de Potsdam. Esta situación, que porta en sí misma los gérmenes de la Guerra Fría, llegaría a durar hasta 1989.

El Reino Unido salió considerablemente debilitado de la guerra. Ésta, en efecto, consagró el fin de su poderío colonial. Por consiguiente, las Islas Británicas conocieron una crisis sin precedentes, que requirió la reconstrucción y reestructuración de su economía.

Se estima que alrededor de 6 millones de judíos, junto con otros grupos étnicos, fueron asesinados por los nazis, principalmente mediante la deportación a campos de concentración, algunos tan conocidos como Auschwitz, Treblinka y Majdanek. La expresión hebrea Shoah (catástrofe) —también conocida como «Holocausto»— designa la exterminación en masa de los judíos perpetrada durante esta sangrienta guerra.

Al final del conflicto la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reemplazó a la Sociedad de Naciones (SDN), fundada en 1919, y se otorgó a sí misma la misión de resolver los conflictos, en general bélicos, de carácter internacional

Víctimas mortales a partir de
septiembre 1939 País Militares Civiles Total
URSS 8.700.000 18.300.000 27.000.000
China 1.324.000 10.000.000 11.324.000
Alemania 3.250.000 3.810.000 7.060.000
Polonia 850.000 6.000.000 6.850.000
Japón 1.300.000 700.000 2.000.000
Yugoslavia 300.000 1.400.000 1.706.000
Rumanía 520.000 465.000 985.000
Francia 340.000 470.000 810.000
Hungría - - 750.000
Austria 380.000 145.000 525.000
Grecia - - 520.000
Estados Unidos 500.000 - 500.000
Italia 330.000 80.000 410.000
Checoslovaquia - - 400.000
Reino Unido 326.000 62.000 388.000
Países Bajos 198.000 12.000 210.000
Bélgica 76.000 12.000 88.000
Finlandia - - 84.000
Canadá 39.000 - 39.000
India 36.000 - 36.000
Australia 29.000 - 29.000
Albania - - 28.000
España 12.000 10.000 22.000
Bulgaria 19.000 2.000 21.000
Nueva Zelanda 12.000 - 12.000
Noruega - - 10.262
África del norte 9.000 - 9.000
Luxemburgo - - 5.000
Dinamarca 4.000 - 4.000
Brasil 443 607 1.050
México 85 23 103
Total - - 61820315

La Guerra Civíl Española


Después de la Primera guerra mundial, Europa quedó en una difícil situación social, económica y política. Las antiguas estructuras ya no eran la solución más adecuada para los problemas que se vivían en todos los sectores de la sociedad. En España se dio el fenómeno de apertura, que incluyó el surgimiento de un sistema liberal que trató de equilibrar las relaciones entre las clases dominantes y dominadas. La II República española se proclamó en 1931; en 1936 los grupos de izquierda, agrupados en el Frente Popular, ganaron las elecciones celebradas en el mes de febrero, lo que desencadenó el golpe militar que habría de dar un giro a los acontecimientos republicanos.


---- La Guerra civil española inició en julio de 1936, cuando el Ejército, apoyado por diversos sectores de la sociedad como empresarios, terratenientes e Iglesia, se sublevó contra el gobierno de la II República española por no estar de acuerdo con las reformas republicanas. El "Alzamiento" se dio el 17 de julio a cargo de Francisco Franco, quien desde Islas Canarias comenzó sus desplazamientos hasta alcanzar el continente y disputarse, en prolongados conflictos, el poder de la capital española: Madrid.


----La singularidad de la Guerra civil española fue que grupos civiles, tratando de defender un ideal de nación manifestado en la II República, se organizaron en un ejército que llevaba entre sus combatientes a grupos de distintas edades, ocupaciones e incluso diferentes ideologías. Este último punto se considera uno de los más difíciles de discutir pues, aunque los republicanos funcionaron en un principio al mando de Largo Caballero y después de Juan Negrín, cada grupo ideológico tenía ideas distintas sobre cómo habrían de darse las estrategias de guerra. El gobierno de la república, presidente y gabinete, no pudieron intervenir directamente en el conflicto, sino mediante jefaturas dirigidas por los líderes ya mencionados.


----La Guerra civil tuvo, como todo conflicto, dos partes encontradas que en forma independiente luchaban por mantener el modelo de sociedad que mejor les parecía. Algunos investigadores afirman que la lucha interna de España representó la lucha que internacionalmente acontecía entre los distintos sistemas de gobierno: socialista, capitalista y fascista. La repercusión del conflicto también traspasó las fronteras de España, por lo que se hizo un asunto de carácter internacional. Ante esto la mayoría de los países adoptaron una política de no-intervención. Hitler desde Alemania, y Moussolini, desde Italia, otorgaron apoyo a los franquistas para a continuar la lucha. Los republicanos recibieron durante un tiempo apoyo de la entonces Unión Soviética (hoy Rusia), y de un gran número de ciudadanos de distintas partes del mundo que, al agruparse en las Brigadas Internacionales, lucharon por los ideales republicanos y se opusieron al fascismo que poco a poco parecía adquirir más poder.

Los que vivimos aquellos años no olvidaremos jamás como tiembla la tierra cuando explotan las bombas, la siniestra visión de los aviones enemigos (las pavas), los ataques que a veces les hacían los aviones de Reus (los ratas), el hambre que sufrimos muchos, especialmente los ancianos y todo aquel que no tenía otro medio de avituallamiento que el magro racionamiento de la "cartilla" (aceite, arroz, azúcar, carne, pan, bacalao, patatas, leche, rezaba la cartulina azul). Los gatos desaparecieron, sea por falta de comida o comidos (dicen que sabían a conejo) y no se veía ni un perro. Los caballos también eran "oscuros objetos de deseo". Con los restos de comida la gente criaba algún pato o gallina en los lugares más inverosímiles de las casas y las habas tiernas las freíamos con piel incluida. Después vino la ayuda de los Friends (los amigos cuáqueros), con el descubrimiento de la leche en polvo y la carne en lata (corned beef). Todavía compro a veces corned beef para acordarme del sabor. Me acuerdo del pan de harina de arroz que intentaron elaborar y el aceite de avellana. Y el hambre. El hambre omnipresente. Nosotros, mi familia y especialmente mi hermano y yo, no la sufrimos ya que mis padres iban a pie a Vilallonga, a casa de unos parientes y volvían, a pie, con judías, buen aceite y otras cosas y, además, un pariente era panadero y siempre caía algo, pero la cosa iba muy justa. Una de las imágenes más impactantes que recuerdo fue cuando mi padre y yo fuimos a buscar algo al piso semiderruido de la calle Cervantes y al pasar por delante de la Cooperativa Obrera vimos una manifestación de niños pequeños de seis o siete años como yo golpeando las puertas con sus pequeños puños y pidiendo a gritos "Queremos pan, queremos pan..." Yo tengo pan, pensé, ¿por qué ellos no?

Íbamos a ver a las Brigadas Internacionales y a la División del Campesino (solamente conozco a un antiguo brigadista y yo mismo que podamos hoy en día cantar el himno de la División del Campesino) desfilando por la Rambla y el 15 de Enero del 39 vimos pasar las tanquetas italianas por la Rambla Vella en dirección a Barcelona. Y después todo el resto...

¿Conclusión? Que todo aquello fue un disparate indigno por ambos lados. Que en una guerra civil no hay inocentes. Que todos hicieron muchos desastres. De madrugada, las exclamaciones de mis padres nos despertaban a tiempo de oír los disparos de los fusilamientos en la Oliva, primero de curas y "gente de orden" y después de milicianos que no pudieron huir a tiempo. Da asco de pensarlo.

Testimonio de Vicens Basora Francesch (Tarragona).

viernes, 12 de octubre de 2007

1ª Guerra Mundial


La Primera Guerra Mundial fue un conflicto armado a escala mundial desarrollado entre 1914 y 1918. Originado en Europa, por la rivalidad entre las potencias imperialistas, se transformó en el primero en cubrir más de la mitad del planeta. Fue en su momento el conflicto más sangriento de la historia. Antes de la Segunda Guerra Mundial, esta guerra solía llamarse la Gran Guerra o la Guerra de Guerras.

A finales del siglo XIX, Inglaterra dominaba el mundo tecnológica, financiera, económica y sobre todo políticamente. Alemania y Estados Unidos le disputaban el predominio industrial y comercial. Durante la segunda mitad del siglo XIX y los inicios del siglo XX se produjo la repartición de África (a excepción de Liberia y Etiopía) y Asia Meridional, así como el gradual aumento de la presencia europea en China, Estado en franca decadencia.

Estados Unidos y, en menor medida, el Imperio Ruso controlaban eficientemente sus vastos territorios, unidos por largas líneas férreas (ferrocarril Atlántico-Pacífico y Transiberiano, respectivamente). Inglaterra y Francia, las dos principales potencias coloniales, se enfrentaron en 1898 y 1899 en el denominado incidente de Faschoda, en Sudán, pero el rápido ascenso del Imperio alemán hizo que los dos países se unieran a través de la Entente cordiale. Alemania, que solamente poseía colonias en Camerún, Namibia, África Oriental, algunas islas del Pacífico (Islas Salomón) y enclaves comerciales en China, empezó a pretender más a medida que aumentaba su poderío militar y económico posterior a su unificación en 1871. Una desacertada diplomacia fue aislando al Reich, que sólo podía contar con la alianza incondicional de Austria-Hungría.

Francia deseaba la revancha de la derrota sufrida frente a Prusia en la Guerra Franco-prusiana de 1870-1871. Mientras París estaba asediada, los príncipes alemanes habían proclamado el Imperio (el llamado Segundo Reich) en el Palacio de Versalles, lo que significó una ofensa para los franceses. La III República perdió Alsacia y Lorena, que pasaron a ser parte del nuevo Reich germánico. Las generaciones francesas de finales del siglo XIX, sobre todo el Ejército, crecieron con la idea de vengar la afrenta recuperando esos territorios. En 1914 sólo hubo un 1% de desertores en el ejército francés, en comparación con el 30% de 1870.

Mientras tanto, los países de los Balcanes liberados del Imperio Otomano (el «enfermo de Europa») fueron objeto de rivalidad entre las grandes potencias. Turquía, que se hundía lentamente, no poseía en Europa -hacia 1914- más que Estambul, la antigua Constantinopla. Todos los jóvenes países nacidos de su descomposición (Grecia, Bulgaria, Rumania, Serbia, Montenegro y Albania), buscaron expandirse a costa de sus vecinos, lo que llevó a dos conflictos entre 1910 y 1913, conocidos como Guerras Balcánicas.

Impulsados por esta situación, los dos enemigos seculares del Imperio Otomano continuaron su política tradicional de avanzar hacia Estambul y los Estrechos. El Imperio Austrohúngaro deseaba proseguir su expansión en el valle del Danubio hasta el mar Negro, sometiendo a los pueblos eslavos. El Imperio Ruso, que estaba ligado histórica y culturalmente a los eslavos de los Balcanes, de confesión ortodoxa -ya les había brindado su apoyo en el pasado- contaba con ellos como aliados naturales en su política de acceder a «puertos de aguas calientes». Evidentemente, estas políticas opuestas entre una potencia católica y otra ortodoxa provocaron enfrentamientos.

Como resultado de estas tensiones, se crearon vastos sistemas de alianzas a partir de 1882:

de una parte, Francia, el Imperio Británico y el Imperio ruso (Triple Entente) y
el Imperio alemán, el Imperio Austrohúngaro e Italia (Triple Alianza).
A este período se le conoce como Paz armada, ya que Europa estaba destinando cuantiosas cantidades de capital al armamento y, sin embargo, no había guerra, aunque se sabía que ésta era inminente.


El Kaiser, propaganda militar humorística francesa.
Alianzas militares europeas en 1915
Verde: Triple Entente (aliados)
Rojo: Triple Alianza (Potencias Centrales)La guerra comenzó como un enfrentamiento entre Austria - Hungria y Serbia, pero Rusia se unió al conflicto, pues se consideraba protectora de los países eslavos. Tras la declaración de guerra austrohúngara a Rusia el 1 de agosto de 1914, el conflicto se transformó en un enfrentamiento militar a escala europea. Alemania respondió a Rusia con la guerra y Francia se movilizó para apoyar a su aliada. Las hostilidades involucraron a 32 países, 28 de ellos denominados «Aliados»: Francia, los Imperios Británico y Ruso, Canadá, Estados Unidos (desde 1917), Portugal, Japón, así como Italia que había abandonado la Triple Alianza. Este grupo se enfrentó a la coalición de las «Potencias Centrales», integrada por los Imperios Austrohúngaro, Alemán y Turco, acompañados por Bulgaria

Detonante del conflicto
El evento detonante fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero del trono del Imperio Austrohúngaro, y su esposa, Sofía Chotek, en Sarajevo el 28 de junio de 1914 a manos del joven estudiante nacionalista serbio Gavrilo Princip (véase Atentado de Sarajevo).

El Imperio Austro-húngaro exigió, con el apoyo del Imperio alemán, investigar en territorio serbio, ya que consideraba que la organización paneslavista Mano Negra tenía conexión con los servicios secretos de ese país. El Imperio Austrohúngaro dio un ultimátum el 28 de julio a Serbia, que no aceptó todas las condiciones impuestas. El ataque austrohúngaro activó las disposiciones previstas por el sistema de alianzas.


Guerra de movimientos
Artículo principal: Frente occidental (Primera Guerra Mundial)
El 5 de julio. Rusia declaró la guerra al Imperio Austrohúngaro para ayudar a los serbios, el Imperio alemán a su vez declaró la guerra a Rusia el 1 de agosto, después a Francia el día 3 del mismo mes. El 4 de agosto el ejército alemán inició la invasión de Francia violando el territorio belga (neutral), lo que entrañó la declaración de guerra al Imperio alemán por parte del Imperio Británico, que era garante de la soberanía belga. El sistema de alianzas generalizó posteriormente el conflicto, es decir, que un hecho aislado desencadenó la ruptura del equilibrio que se había mantenido por años a partir del sistema de alianzas militares defensivas.

Entre los países europeos sólo España, Suiza, Dinamarca, Países Bajos, Noruega y Suecia (e Italia provisionalmente) permanecían neutrales. Los dos campos estaban bastante equilibrados: las Potencias Centrales y los Aliados poseían un número semejante de soldados. Los alemanes tenían la ventaja de su superior artillería pesada y excelente adiestramiento de sus tropas -la tradicional eficiencia militar prusiana-, pero eso se compensaba por la supremacía de los británicos en el mar y la mayor extensión de las colonias de la Entente. Otra ventaja de las potencias centrales era que conformaban un bloque territorial compacto, mientras Rusia estaba aislada de sus aliados.

En 1914, los europeos pensaban que la guerra sería corta. Pero los generales, que habían estudiado las guerras napoleónicas, estaban equivocados en su enfoque inicial del enfrentamiento. Respondiendo a la enorme eficacia de las armas (fusiles, armas automáticas y artillería pesada) producto de la Revolución Industrial, las fortificaciones fueron reforzadas. La caballería sería inútil como medio para romper el frente.

Al comienzo de la guerra los dos bandos trataron de obtener una victoria rápida mediante ofensivas fulminantes. Los franceses agruparon sus tropas en la frontera con Alemania, entre Nancy y Belfort, divididas en cinco ejércitos. Previendo un ataque frontal en Lorena, organizaron el Plan XVII. Los alemanes tenían un plan mucho más ambicioso. Contaban con la rapidez de un movimiento de contorno por Bélgica para sorprender a las tropas francesas y marchar hacia el este de París (Plan Schlieffen de 1905) y luego enfrentarse a las fuerzas enemigas y empujarlas hacia el Jura y Suiza. Tan sólo ubicaron 2/7 de sus tropas sobre la frontera para resistir el ataque frontal en Alsacia-Lorena.

El comienzo del plan trascurrió perfectamente para el Reich; sus tropas derrotaron al ejército francés en la batalla de Charleroi (21 de agosto). Los franceses lanzaron simultáneamente el Plan XVII, pero resultó una catástrofe debido a las armas automáticas que frenaron cualquier asalto y a un repliegue prematuro de las tropas hacia sus líneas. Por el contrario, los alemanes invadieron Bélgica, provocando la intervención inglesa; semanas después estaban ya ubicados en el río Marne, donde chocaron con la guarnición de París y las tropas de reserva francesas en la Primera Batalla del Marne: su derrota marcó el abandono definitivo de los planes anteriores a la guerra. En ese momento comenzó la "carrera hacia el mar": los dos Ejércitos marcharon hacia el Mar del Norte; ataques y contra-ataques se sucedieron. La contienda se desarrollaría en territorio francés: Flandes. Las tropas británicas no tardaron en intervenir en mayor número (British Expeditionary Force, BEF), junto a los restos del ejército belga.

Mientras tanto, Austria-Hungría fracasó en su intento de tomar Belgrado; Rusia invadió Prusia Oriental, pero los oficiales prusianos Hindemburg y Ludendorff los batirán contundentemente en Tannemberg.

Frente oriental

Soldados rusos esperando un ataque alemán en una línea de trincheras.La estrategia de guerra alemana funcionó contra Rusia. Los ejércitos rusos eran enormes (8 millones de hombres en 1914). Pero la verdad era nefasta: el ejército zarista estaba compuesto principalmente por campesinos sin ninguna formación militar, mal armados y equipados; en suma, no estaba preparado para enfrentarse a los disciplinados germanos. El mando ruso era también mediocre. Los dos ejércitos se enfrentaron en la Batalla de Tannenberg (Prusia Oriental) del 26 al 30 de agosto de 1914, y después en la batalla de los lagos Masurianos del 6 al 15 de septiembre de 1914. Los rusos sufrieron flagrantes derrotas en los dos casos y fueron obligados a replegarse. Allí nacio la leyenda del dúo formado por Paul von Hindenburg y Erich Ludendorff, los comandantes germanos en esta exitosa campaña defensiva. Polonia es invadida.

Austria-Hungría, en cambio, no pudo repeler la invasión de Galizia. 1914 termina con el ejército ruso aún en pie, a pesar de haber sido rechazado de Prusia Oriental.

En el curso de 1915, dos nuevos países entraron en la guerra: Italia al lado de los Aliados y Bulgaria al lado de las potencias centrales, que con este apoyo derrotan y ocupan a Serbia. En los años siguientes, los alemanes avanzaron sobre Rusia y conquistaron el Golfo de Riga, destruyendo o tomando prisionero a buena parte de contingentes rusos. El frente oriental estuvo en constante movimiento, no conoció el drama de las trincheras. La caballería jugó aún cierto papel en esta guerra de movimientos.

Guerra de trincheras
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El equilibrio de fuerzas y las formidables armas facilitaron enormemente la defensa frente al ataque e impusieron la estabilización del frente. Los soldados colocaron decenas de kilómetros de alambradas y minas entre el Mar del Norte y Suiza. Un asalto presentaba tal desventaja frente al adversario que los ataques aliados fueron infructuosos y Alemania pudo resistir a pesar de combatir en dos frentes. Las condiciones sanitarias y humanas para los soldados eran muy crudas y las bajas elevadísimas. Los contendientes tuvieron que recurrir a la leva en masa; en este aspecto Alemania tenía la ventaja de su población numéricamente superior a la de Francia.

Los dos bandos tenían grandiosos planes en caso de conseguir la victoria. La diplomacia fue muy activa también: ambos bandos sedujeron a Italia, que al fin se inclinó por la Entente. Los militares germanos esperaban que Bethmann-Hollweg consiguiese la paz con Rusia para poner todo el esfuerzo en el Oeste, pero esto no fue imposible: los Aliados reafirmaron su compromiso de no negociar ninguna paz por separado.

En otoño de 1915 Joffre intentó una ofensiva, con apoyo inglés, que terminó en un gigantesco fracaso. Después de este éxito defensivo, a finales de año, el archiduque Falkenhayn, Jefe de Estado Mayor, propuso su proyecto al Kaiser: atacar Verdún, plaza fuerte e impenetrable según la propaganda francesa, pero que estaba en posición delicada por no poseer un camino o vía férrea para su reavituallamiento. Él esperaba que su caída debilitaría la moral de los soldados franceses. La idea era liquidar un gran número de tropas enemigas a un costo "módico" en vidas germanas. El 21 de febrero de 1916, el ataque se inició con la artillería bombardeando salvajemente las posiciones aliadas. Los alemanes avanzaron poco, pero las pérdidas francesas fueron enormes. El 25 de febrero, el General Langle de Cary decidió abandonar, lo más razonable desde un punto de vista estratégico. Pero el mando francés pensaba que no podrían permitirse perder Verdún y nombró en su lugar a Philippe Pétain, quien organizó una serie de violentos contraataques. Los alemanes transformaron esta batalla de frente reducido en una vasta carnicería.

El 1 de julio, los ingleses desataron una enorme lucha paralela en la Batalla del Somme, a fin de dividir las tropas alemanas y reducir la presión sobre Francia. Los alemanes retrocedieron escasos kilómetros, pero en orden. Al final, el frente casi no se modificó ni en Verdún ni en el Somme, pese a los centenares de miles de bajas. La guerra era total y los cálculos no se detenían frente al desangre que eso implicaba.

Otros frentes

Francesas trabajando en una fabrica de municiones.Los demás frentes intentaron maniobras de distracción o contorneamiento, pero ninguno tuvo tanta importancia como los dos frentes principales. Se combatía en el Cáucaso entre rusos y turcos, en Irak (ingleses y turcos) y en los Balcanes.

Los Aliados contaban con la debilidad de Turquía para abrir una vía directa y apoyar a sus aliados rusos en problemas. La campaña de los Dardanelos fue desatada por los ingleses, a sugerencia de Winston Churchill, para controlar el estrecho de los Dardanelos, lo que permitiría a Francia y al Imperio Británico revitalizar a Rusia, neutralizar Turquía y encerrar a los imperios centrales. El ambicioso proyecto comenzó con el despliegue de una imponente flota inglesa y el desembarco de tropas en Gallipoli, pero los turcos se defendieron con una decisión inesperada; los aliados no consiguieron penetrar por sorpresa en el Imperio Otomano y fracasaron en las sucesivas ofensivas. La operación fue un sangriento desastre, convirtiéndose en una nueva batalla de trincheras (para colmo, esta vez con el mar a espaldas de los Aliados). Después de unos meses de inútiles tentativas, el mando inglés decidió evacuar Gallípoli y dirigir su cuerpo expedicionario a Salónica, Grecia. Este ejército sostendría enseguida a los serbios que no se riendieron. Ante todo se mantuvo a la espera de nuevas oportunidades, como convencer a Grecia de entrar en la guerra.

Los alemanes, que contaban con una importante flota de submarinos, intentaron imponer un bloqueo completo al Reino Unido y Francia, interceptar el apoyo de sus colonias y romper las rutas de aprovisionamiento entre América (carne de Argentina, armamento estadounidense) y Europa. A mediados de 1916 la Royal Navy Británica se encontró con la flota alemana en la península de Jutlandia, el único combate entre las dos grandes flotas. Los alemanes tenían como objetivo impedir el abastecimiento británico desde Noruega. La batalla comenzó el 31 de mayo y duró 80 minutos. No hubo un total ganador, ya que la Royal Navy perdió más hombres y naves, pero los alemanes no pudieron romper el bloqueo y tuvieron más buques dañados.

Durante todo el conflicto los británicos fomentaron el sublevamiento de las tribus árabes para perturbar a los turcos otomanos. En esta misión destacó el célebre oficial T. E Lawrence, Lawrence de Arabia. La Declaración Balfour propuso el establecimiento de un Estado judío en Palestina, para motivar a los judíos estadounidenses a que apoyaran el ingreso de ese país en la guerra. En 1916 los Británicos atacaron Palestina, donde mantuvieron el control hasta 1947.

En África, británicos y franceses atacaron desde todos los frentes a las colonias alemanas, rodeadas por sus posesiones. Las fuerzas germanas en Togolandia y Camerún se rindieron rápidamente a las tropas anglo-francesas, mientras que la colonia de África del Sudoeste Alemana fue invadida por el ejército sudafricano y ocupada totalmente en 1915 (véase: Campaña de África del Sudoeste). Sólo la colonia de Tanganica, bajo la dirección del general Paul von Lettow-Vorbeck, resistió bajo dominio alemán hasta el final de la contienda.

Mientras tanto en el Pacífico también hubo movimientos aunque no batallas de importancia. Las tropas australianas estacionadas en Papúa ocuparon sin problemas la Nueva Guinea Alemana, mientras que Japón y Nueva Zelanda dirigieron ataques contra las bases alemanas en las Islas Marianas. El puerto chino de Qingdao, principal base alemana en Extremo Oriente, fue ocupado por los japoneses.

En 1915, Italia se une a los Aliados y ataca a Austria. Sin embargo, una larga serie de ofensivas sobre el río Isonzo fracasa. En 1917, son los austro-húngaros, reforzados por tropas alemanas, las que baten duramente a los italianos en Caporetto. Este desastre casi saca a Italia de la guerra, pero el frente se estabiliza sobre el río Piave.

En junio de 1916 tiene éxito una ofensiva rusa a cargo del General Brussilov, que se interna en las líneas austrohúngaras. Regimientos enteros se pasaron a las filas rusas, demostrando la fragilidad del Imperio Danubiano. Motivada por esta circunstancia, Rumania declara la guerra a los Imperios Centrales, pero es fácilmente derrotada y ocupada por los alemanes, lo que compromete aún más la posición rusa. El Imperio de los Romanov no volvería a ejecutar ninguna ofensiva en el resto de la contienda.

Como vemos, son las Potencias Centrales las que van sumando más tantos hacia 1916. El Vaticano y Suiza intentan infructuosamente sondeos por la paz. La opinión pública estadounidense se opone a participar en el conflicto, visto como cosa de los europeos imperialistas...

1917, el viraje de la guerra

Representación inspirada en la guerra (1917).En 1917, el Estado Mayor alemán tomó la decisión de aguantar a los Aliados en el Oeste y hundir de una buena vez a las desalentadas tropas zaristas. También desaparecieron las fortalezas aliadas de Ham y de Coucy (27 de marzo 1917). Los franceses, que sufren un motín de sus tropas, no son capaces de lanzar ninguna ofensiva, limitándose a resistir. Es el turno de los británicos; sin embargo no se consigue romper el frente. El conflicto se eterniza y el desaliento cunde en la retaguardia. La población civil padece restricciones, sobre todo en Alemania, bloqueada por los Aliados.

1917 fue clave por la entrada en la guerra de los Estados Unidos, lo que le dio a la contienda el carácter mundial. El torpedeo por parte de un submarino de la flota alemana del RMS Lusitania, donde viajaban 123 estadounidenses, provocó una viva reacción en Estados Unidos, que se preparó para entrar oficialmente en guerra al lado de los aliados. Pero debía sortear primero un gran problema: casi no tenía ejército.

Más tarde, las dos Revoluciones rusas de febrero y octubre de 1917 permitieron a los alemanes avanzar considerablemente en Rusia. El Zar Nicolás II es depuesto y asesinado con toda su familia. Los bolcheviques toman el control total y firmaron el armisticio con los imperios centrales en el mes de diciembre, después de la Paz de Brest-Litovsk (negociada por León Trotsky) en marzo de 1918. Para obtener esta paz consintieron enormes sacrificios económicos y territoriales. Además, Alemania ocupó Polonia, Ucrania, Finlandia, los países bálticos y una parte de Bielorrusia. El Reich aprovechó esta victoria para enviar casi todo su ejército oriental al frente occidental e intentar obtener una victoria rápida antes de la llegada masiva de los estadounidenses. Era su baza definitiva, ya que Austria - Hungría, Bulgaria y Turquía dan muestras de desaliento ante las mayores reservas financieras y de hombres de los Aliados.

Fin de la guerra

Cementerio cerca de Verdún. El monumento al fondo contiene restos sin identificar de miles soldados alemanes y franceses.Reforzados por las tropas provenientes del frente este, los alemanes ponen todas sus fuerzas en su última ofensiva, a partir de marzo de 1918, sobre el río Somme, en Flandes y en Champagne. Después de tres años de trincheras, consiguen romper el frente. Parece que la victoria está a la vista, que los Aliados están vencidos... Pero, mal alimentadas y cansadas, las tropas alemanas no pudieron resistir la contraofensiva de Foch y fallan frente al objetivo final: París. El General Foch comanda sus tropas francesas y americanas hacia la victoria (segunda batalla del Marne); los primeros tanques británicos entran en liza y la superioridad aérea aliada es evidente.

Es el principio del fin para los Imperios Centrales. Tropas francesas atacan las líneas búlgaras en Macedonia. Después de pocos días de lucha, Bulgaria comprende que no puede hacerles frente y pide el armisticio. Turquía está al límite de sus fuerzas y no puede contener a los británicos que han tomado ya Jerusalén y Bagdad y avanzan hacia Anatolia; además la derrota búlgara compromete a Constantinopla. Franceses y británicos ocupan el Oriente Próximo e Irak y el Imperio Otomano también se rinde.

El duelo enter italianos y austríacos también está por resolverse. General Dias obedece la insistencia de su gobierno que necesita de una victoria en el frente alpino para poder negociar. Los italianos derrotan a Austria-Hungría en Vittorio-Veneto. Este hecho marcó el descalabro del ejército imperial y la monarquía de los Habsburgo se hunde, incapaz de oponer nada al avance aliado por los Balcanes (3 de noviembre).

El Reich está en una situación desesperada: se ha quedado sin aliados, su población civil sufre draconianas restricciones, su ejército está al límite, sin reservas y desmoralizado. Ludendorff y Hindemburg son partidarios de la capitulación inmediata, pues creen que el frente se derrumbará en cualquier momento. En efecto, tropas americanas de repuesto no paran de desembarcar e incluso Italia se prepara para enviar un contingente a Francia. El 8 de agosto un ataque aliado cerca de Amiens tiene éxito y rompe el frente germano: los aliados ingresan a Bélgica. El Alto Mando pide al brazo político iniciar inmediatamente negociaciones de paz. Cunde la convicción de que la guerra está perdida. Wilson proclama que EE.UU. sólo negociará con un gobierno alemán democrático. Los Hohenzollern tienen los días contados. Tras una revolución obrera en Berlín, el Kaiser huye a Holanda; el gobierno de la nueva República alemana firma el armisticio de Rethondes el 11 de noviembre de 1918. La guerra ha terminado con la victoria de los Aliados.


Participación de Japón
Tras el estallido de la guerra, el Imperio Japonés envió un ultimátum a Alemania, solicitándole la evacuación de Jiaozhou (noreste de China). Alemania se negó a cumplirlo, por lo que Japón entró en la guerra del lado de los aliados. Las tropas japonesas ocuparon las posesiones alemanas de las islas Marshall, Carolinas y Marianas. En 1915, Japón presentó las Veintiuna Demandas a China que obligaban a China a no alquilar ni ceder ningún territorio frente a Taiwán a ningún país, excepto a Japón. En 1919, China cedió los derechos comerciales de Mongolia Interior y Manchuria a Japón.

Como resultado del acuerdo de paz de la guerra mundial, Japón recibió las islas del Pacífico que había ocupado, y el territorio de Jiaozhou.

Tratados de paz
Balance de las víctimas mortales Soldados
Aliados
Imperio Británico 908.371
Australia 60.000
Canadá 55.000
India 25.000
Nueva Zelanda 16.000
Sudáfrica 7.000
Reino Unido 715.000
Francia 1.240.000
Colonias francesas 114.000
Bélgica 13.716
Estados Unidos 50.600
Grecia 5.000
Italia 650.000
Japón 300
México 3.000
Portugal 7.234
Rumania 335.706
Rusia 1.700.000
Serbia 45.000
Potencias centrales
Alemania 1.773.700
Austria-Hungría 1.200.000
Bulgaria 87.500
Turquía 325.000
Civiles
Alemania 760.000
Austria-Hungría 300.000
Bélgica 30.000
Gran Bretaña 31.000
Bulgaria 275.000
Francia 40.000
Grecia 132.000
Rumania 275.000
Rusia 10.000.000
Serbia 650.000
Turquía 1.000.000

Versalles: Firmado el 28 de junio 1919 entre los aliados y Alemania. El imperio fue cortado en dos por el Corredor polaco, desmilitarizado, confiscadas sus colonias, supervisado, condenado a pagar enormes compensaciones y tratado como responsable del conflicto. Este tratado produjo gran amargura entre los alemanes y fue la semilla inicial para el próximo conflicto mundial.

Saint-Germain-en-Laye: Firmado el 10 de septiembre de 1919 entre los aliados y Austria. En este tratado se establecía el desmembramiento de la antigua monarquía de los Habsburgo, el Imperio Austrohúngaro, y Austria quedó limitada a algunas zonas en las que se hablaba solamente el alemán.

Sèvres: Firmado el 10 de agosto de 1920 entre Imperio Otomano y los aliados (a excepción de Rusia y Estados Unidos). El Tratado dejaba a los otomanos sin la mayor parte de sus antiguas posesiones, limitándolo a Constantinopla y parte de Asia Menor.

Trianon: Acuerdo impuesto a Hungría el 4 de junio de 1920 por los aliados en el que se dictaminó la entrega de territorios a Checoslovaquia, Rumania y Yugoslavia.

Consecuencias
Se calcula que la guerra produjo aproximadamente ocho millones de muertos y seis millones de inválidos. Francia fue el país más afectado, proporcionalmente: 1,4 millones de muertos y desaparecidos, equivalentes a un 10% de la población activa masculina, acompañado por un déficit de nacimientos. El estancamiento demográfico francés se prolongó, con un envejecimiento de la población que sólo logró crecer con la inmigración. El norte francés estaba en ruinas: casas, puentes, vías férreas, fábricas, etc.

En el plano político, cuatro imperios autoritarios se derrumbaron, lo que transformó profundamente el mapa de Europa, rediseñado por el tratado de paz de 1919: *el Imperio del zar (transformado en la Rusia comunista, más tarde la URSS), *el Imperio Otomano se redujo a Turquía (península de Anatolia y Constantinopla), *el Imperio Austrohúngaro fue desmantelado y nacieron las minúsculas Austria, Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia como nuevos países independientes, *el Imperio alemán llegó a su fin y fue reemplazado por la República de Weimar, mermada territorial y económicamente por el pago de las reparaciones de guerra.

Nuevo equilibrio político mundial. Las colonias suministraron víveres, materias primas y soldados. Tras la guerra los pueblos coloniales no creyeron más en lo que se les había inculcado sobre la superioridad natural de la metrópoli y reclamaron una mejora de su situación. A este primer declinamiento de la influencia de Europa en las colonias, se sumó la expansión de Estados Unidos, el mayor beneficiado de la guerra junto a Japón, y cuyas capitales se colocaron al lado de París y Londres en la escena internacional.

Transformación social. Las diferencias sociales se acentuaron con el enriquecimiento de los mercaderes de armas y el empobrecimiento de los pequeños ahorradores, los retirados y los asalariados afectados por la inflación. Las mujeres adquirieron un nuevo lugar en la sociedad, y se volvieron indispensables durante toda la guerra, en el campo, las fábricas, las oficinas, las escuelas (para compensar la marcha de numerosos profesores). El feminismo progresaba, el derecho a voto fue acordado en Gran Bretaña, Alemania, Estados Unidos y Rusia, pero no en Francia.

Consecuencias tecnológicas. La contienda generó un intenso desarrollo de los instrumentos y técnicas de guerra: fusiles de repetición, ametralladoras, gases venenosos dando origen a la guerra biológica y química, hubo tanques, dirigibles y aviones, también se practicaron los bombardeos a las ciudades. La artillería multiplicó los calibres, aumentó el alcance y mejoró los métodos de corrección. El transporte motorizado se generalizó.

Consecuencias políticas en Alemania. Los cinco tratados tras la guerra, principalmente el creado en Versalles, ocasionaron un ambiente de opresión hacia los vencidos. La nueva Alemania republicana sufrió las consecuencias del Imperio Alemán y su economía fue explotada por los vencedores. Así surgieron tesis tanto izquierdistas como derechistas para acabar con esta situación. Los golpes contra el sistema comenzaron cuando, en 1921, milicias comunistas se levantaron en Múnich. La revuelta fue sofocada. Adolf Hitler culpaba a los marxistas alemanes de la rendición alemana, alegando como pruebas la constitución progresista de Weimar y el armisticio a continuación. Cuando Hitler aun seguía en las trincheras, los militares alemanes convencían a la población civil de que la guerra podía ser ganada, mientras que confesaban a los políticos que la rendición era obligatoria. Pero Hitler sostuvo esta tesis en el Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores y, con ella, dirigió el denominado Putsch de Múnich de 1923 contra la sede del gobierno. El golpe militar fue aplastado y Hitler recluido en prisión durante nueve meses. Sin embargo en enero de 1933 Hitler fue nombrado canciller por el presidente Paul von Hindenburg y el 14 de octubre de 1933 triunfó en las elecciones, por lo que llegó al parlamento alemán.